¿Mutación?

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Max no estaba segura de como habían salido del tanque, pero por ahora eso no importaba, su prioridad era ver que Sonata estuviera bien.

—Sonata, ¿estás bien? —le preguntó Max, mientras revisaba si la pequeña zorro seguía respirando.

—Sí, estoy bien —respondió Sonata—. Espera un momento...

—¿Qué...—Max no pudo terminar su frase al darse cuenta de que Sonata estaba hablando—. ¿¡Puedes hablar!?

—¿Ah? Parece que sí.

—¿P-pero cómo? —Max estaba perpleja. Empezaba a pensar que el líquido del tanque le había afectado el cerebro.

—No lo sé —dijo Sonata, observando a Max—, pero si fuera tú, me preocuparía más por mí misma.

—¿Por qué lo dices?

—Pues... solo mira tu piel.

—¿Qué...?

Max se acerco a un espejo roto que estaba en la habitación, miró su reflejo y vio que su piel había adquirido un tono pálido. Su cabello había cambiado a un morado intenso, y una de sus manos parecía un esqueleto. Además, sus ojos eran distintos: uno era completamente negro y el otro tenía un tono verde brillante. También notó que había ganado una mejor condición física, con mayor agilidad y fuerza.

—¿¡Pero qué rayos me pasó!? Aunque... no me veo tan mal.

Max comenzó a experimentar sus nuevas habilidades. Descubrió que podía lanzar una especie de lanzas negras y que su fuerza y agilidad se habían incrementado notablemente. Con facilidad, trepó por la pared hasta llegar al segundo piso del laboratorio y luego saltó desde este y cayo de pie, sin dolor alguno.

—Supongo que ahora tengo habilidades de tipo... oscuro. Genial —dijo Max, emocionada con sus nuevas capacidades—. Esto me gusta.

—No esperaba esa reacción.

—¿Qué esperabas? ¿Qué me asustara y quisiera volver a ser normal? —dijo Max con una sonrisa—. Honestamente es que si estoy algo asustada pero no duele ni nada así que por ahora no me preocupa.

—Bueno, será mejor que salgamos de aquí, ¿no crees?

—Concuerdo.

Max tomó a Sonata en sus brazos y la llevó de vuelta a su casa. Mientras Sonata se preparaba para dormir, Max se quedó pensando en las implicaciones de sus nuevas habilidades y en cómo manejar su nueva vida. Decidió que tal vez no debería ir a la escuela en unos días o semanas para adaptarse a sus cambios y a la nueva realidad que enfrentaba.

The SkelegirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora