Capitulo 4

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Corría por la acera golpeando a algunas personas en el recorrido, estas volteaban para mirarle mal y soltarle alguna mala palabra. A lo lejos miro un pareja sentada en la misma banca que él había estado sentado antes, se acerco hacia ellos caminando ya un poco más calmado. Los dos chicos se daban mimos y abrazos mientras seguían sentados pero se separaron al ver como el castaño se les acercaba.

- Disculpen –pronunció incomodo, tal vez lo mejor no era preguntarle a una pareja e interrumpir su momento. Pero siendo sinceros Nam nunca aprendería.

- Sí, ¿qué pasa? –preguntó la chica con el ceño fruncido pensando que el contrario era un maleducado.

- Ustedes conocen a un chico que está vestido como Ryan y regala globos.

- Ajá -el contrario asintió mirando al más alto-, cada semana viene a está plaza a regalar globos a los niños y personas... -habló esta vez el novio.

- Oh, gracias y lo siento –hizo una reverencia y se alejo de la pareja.

Cuando ya estaba alejado pero no lo suficiente fue capaz de escuchar los susurros por parte de la pareja.

- ¿Qué le pasa a ese chico, acaso no le enseñaron lo que es la privacidad?

- Cálmate, tal vez es algo importante...

Bajó su cabeza al oír los murmullos nada disimulados de los dos contrarios, que en cierta forma eran verdad, Nam no sabía distinguir cuando era o no un buen momento para hablar, nadie se lo había enseñado. Y es que sus relaciones con los demás eran horribles, el pobre no sabía ni expresarse.

Siguió buscando al desconocido con disfraz pero fue algo ya que el oso no aparecía por ningún lado.

Designado a encontrar a esa persona se sentó en la banca donde lo encontró por primera vez y anteriormente estaba la pareja, tiró su cabeza hacia atrás cansado. Llevaba más de 3 horas seguidas persiguiendo los rastros del disfraz, preguntándole a personas quienes lo veían con mala cara y le contestaban un rotundo "No" o peor aún, lo ignoraban.

Cerró los ojos soltando un suspiro, dejó que las suaves brisas recorrieran la piel de su rostro refrescandole, involuntariamente abrió los ojos y vio el cielo nublado. A lo lejos un punto verde pastel moviéndose al compás del viento era lo único que acompañaba las nubes grises. Bajó un poco más la vista y otro punto más grande color azul volaba en misma dirección que el otro.

Se enderezó completamente y dirigió su vista a donde provenían aquellos puntos. Ahí estaba, un gigante oso luchando contra su disfraz debido a que su cabeza había se dado vuelta, los niños a su alrededor reían por la graciosa broma que le habían echo al pobre chico de los globos.

Con mucho trabajo logró quitarse la cabeza de Ryan, Nam veía como la cabellera azabache del chico bailaba con las suaves brisas, estaba de espaldas así que no podía ver su cara. Saltaba intentando alcanzar los globos que se le habían escapado al momento que los chicos le voltearon su cabeza, algunos se habían quedado atrapados entre las ramas del árbol y otros volaban por el cielo hacia el espacio.

Se acerco a paso lento, cuando los tres niños lo divisaron cambiaron su rostro y salieron corriendo en dirección de sus mamás. El otro seguía saltando en fallidos intentos de llegar hacia los globos.

Él, con mucha facilidad tomó uno de los que estaban atrapados entre las hojas de los árboles, el pelinegro había dejado de saltar, sólo se mantenía parado a espaldas del más alto. Lentamente se dio vuelta para así quedar frente a éste, se miraron a los ojos por largos segundos.

Nam analizó los delicados rasgos del más bajo, una nariz puntiaguda, un pequeño lunar en la comisura superior de sus labios, sus rasgados ojos y la cálida sonrisa que se iba formando en su rostro, sus ojos se achinaban y sus labios tomaban forma de corazón.

- Hermoso... –susurró embobado en los ojos del contrario.

- ¿Disculpa? –preguntó éste ladeando su cabeza y abriendo sus ojos de nuevo.

- Digo, ¡toma! –estiró su brazo para acercar el globo hacia el chico con disfraz.

- Gracias... –murmuró bajo, tomando el objeto entre sus manos. Y volviendo su vista a los ojos del castaño.

- ¿Nos conocemos...? –preguntó confundido.

Cómo podría acordarse de él, Nam si lo recordaba; era algo normal que el contrario no lo reconociera, con todos los rostros que seguro veía día a día era entendible que no se acordara del suyo.

❤️

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⏰ Última actualización: Dec 21, 2017 ⏰

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