El Paraíso Rojizo

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"De aquí no puedo seguir, lo siento muchachos" declaró un anciano de voz cansada observando las espaldas de los Hermanos Uchiha. Los peliazabache observaban junto al atardecer, una enorme isla que a pesar que estaban muy lejos, se veía gigante con todos esos picos rocosos.

Sanada y Madara, llegaron al muelle de las olas hace unos 5 días y de ahí pagaron un barco que los pudiera llevar hacia la Isla que ahora mismo observaban desde la lejanía, no obstante, no fue fácil encontrar a alguien que se quisiera aventurar, pues era imposible llegar a la isla y el tiempo que llevaba llegar hasta aca era bastante para el basto pago de recompensa, por suerte el anciano que los trajo no tuvo problemas para venir, sin embargo, no podía avanzar mucho más.

"Esta bien... muchas gracias viejo" dijo Sanada con su clásica sonrisa, el chico tomo unas monedas de su bolsillo y las dio al anciano como propina.

Madara en cambio, simplemente hizo un gesto de respeto antes de saltar junto a su hermano hacia el agua para comenzar a correr hacia la isla.

El Anciano sonrió para si mismo y comenzó a maniobrar para volver a su País.

....

Venite minutos corriendo por el agua les tomó a los Uchiha para llegar a la Playa de la isla. Tardaron poco, teniendo en cuenta que de los remolinos que defendían la isla salían tentáculos intentando derribarlos.

"Cree-" Sanada estuvo a nada de hablar antes de que Madara le callo la boca con un gesto, el Uchiha mayor señalo a su oído y luego hacia el bosque en donde se oía un ruido ronco, oscuro y siniestro.

Ambos hermanos en sigilo comenzaron a caminar por una extraña selva hasta que llegaron a un enorme boquete que seguía con una gigantesca cueva.

"E-este Chakra...." susurró Sanada con una expresión de terror puro.

"También lo sientes... seguramente debe ser uno de los Nueve" dijo Madara estoico y con los brazos cruzados, pero sus ojos Onix brillaban por alguna razón.

"E-esta durmiendo... sus ronquidos son como miles de rocas crujiendo... v-vamonos aquí Nii-san" susurró Sanada dando unos pasos hacia atrás hasta que sintió el frío afilado en su cuello.

"Demasiado tarde para ustedes" habló un alto Ninja de pelo rojo con máscara. Madara lo miró atónito al no notar su presencia "Han atravesado el dominio de los remolinos y aquí no buscamos problemas. Les pido porfavor que guarden silencio y entreguen todo instrumento Ninja"

....

Sanada y Madara, ahora estaban sentados y atados en una habitación sin nada de luz. Hace tan sólo venite minutos habían llegado a la Isla y ya eran prisioneros, una gran entrada definitivamente.

De la nada, una ruidosa puerta se abrió y por ahí entro una figura que al instante cerró la puerta, sin revelar su identidad.

"Por lo que puedo ver...." comentó el hombre dando vueltas alrededor de los hermanos, sus pasos eran lo único audible además de su voz. "Son Uchiha, un Clan agresivo y activo en Guerras contra diversos Clanes... tengo mucha curiosidad de saber que hacen dos niños en tierras desconocidas... Muy lejos de Casa..."

"Hn... ¿crees que nos intimídas hombre rojo?" Cuestionó Madara con los ojos entrecerrados y su Sharingan ardiendo.

"Nii-san..." susurró Sanada queriendo calmar a su Hermano.

"La seguridad y el orgullo de tu Clan... un día eso será su perdición... como veo que el mas razonable no eres tu, creo que hablaré con el más pequeño"  dijo el Hombre y Sanada sintió como se posaba frente a el, no obstante, no era capaz de distinguir su rostro por la oscuridad. "Dime chico, ¿Qué hacen aquí?"

"Tenemos una Carta, de parte del Lider de nuestro Clan... es para Ashina Uzumaki" respondió Sanada con seriedad.

"¿Y la Carta?" Preguntó la voz.

Madara en ese momento metió como pudo dos dedos a su bolsillo y sacó una carta de el, la cual fue tomada al instante por el hombre.

La figura salió de la habitación y dos minutos después volvió a entrar para seguir con la interrogación "¿Qué pretende el Lider del Clan Uchiha enviando una Carta a Lord Ashina?"

Sanada guardó silencio, pues esperaba que Madara respondiera "Eso es algo que solamente hablaremos con Ashina, ni nosotros sabemos que dice la carta" Mintió Madara mientras negaba con la cabeza.

"No te conviene mentirme chico, los Uzumaki somos los mejores sensores dentro de las Naciones Elementales" dijo la voz con una pequeña carcajada.

"Ya veo... de todos modos, lo que dice la carta es algo mas personal... no hablaremos de eso" dijo Sanada con seriedad llamando la atención del Uzumaki.

"Veo que no entienden que esto no son preguntas que les hacen sus padres por llegar tarde a casa" comentó el hombre mientras de fondo se escuchaba el sonido del metal siendo afilado. En cuestión de segundos Madara sintió el frío metal contra su cuello. La luz vino a la vida y Sanada fue capaz de ver lo que pasaba, como el mismo pelirrojo con máscara de hace rato amenazaba a su hermano.

"Ahora, el rasonable... me dirás que hacen ustedes aquí o le corto el cuello a tu Hermano" Amenazó el Ninja, los ojos bajo su máscara eran amenazantes, demostrando que no tenía miedo de cumplir con sus amenazas.

...

En una gran habitación, se podía ver a un viejo hombre de pelo largo rojo. Estaba sentado en un sofá de cuero leyendo un papel "De tal palo... tal astilla, ¿no viejo Amigo?" Pensó el hombre con una sonrisa melancólica.

[¡BOOM!]

El pelirrojo abrió mucho los ojos al escuchar una fuerte explosión, al instante hizo un sello de manos y fue cubierto por una bola de humo que al desaparecer, lo dejó ser visto con un imponente traje de batalla rojo con destellos dorados. En eso hizo el sello Ram y desapareció en un Shunshin.

Al instante reapareció en la Base de los 7 Guardianes y notó un gran boquete en una de las habitaciones de Interrogación; En el centro del boquete vio a Sanada con los ojos rojos y rodeado de un poderoso Chakra color plateado.

"S-Sanada" susurró Madara en shock, el Uchiha mayor estaba tirado en el suelo tras la explosión de poder generada por su hermano y el pelirrojo que los interrogaba había logrado saltar para esquivar la honda expansiva.

"...Si lo tocas.... ¡Te Mato!" Rugió Sanada mientras unas extrañas costillas comenzaban a cubrir al peliazabache.

"¡Se acabó!" Rugió el Uzumaki más viejo apareciendo en el crater, justo entre Sanada y el enmascarado pelirrojo "Uchiha, he leido la carta enviada por tu Padre... ya todo esta bien"

Sanada seguía con esa mirada de furia, pero poco a poco sus ojos comenzaron a cerrarse hasta que cayó al suelo inconsciente.

Madara abandonó el shock y corrió hacia su hermano para ver si estaba bien, descubrió que sólo era agotamiento de Chakra "¿Será posible?..." pensó el Uchiha reconociendo que los ojos que tenía Sanada no era el Sharingan original.

"Chico" habló el Anciano Uzumaki desde atrás del Uchiha.

Madara salió de los pensamientos y miró hacia arriba para ver la mano estrechada del Uzumaki.

"Soy Ashina Uzumaki, Líder del Clan Uzumaki.... eres bienvenido al Paraíso rojizo pequeño Uchiha, bueno... creo que te subestimo.. ya eres un Uchiha en todo derecho por la cresta en tu espalda, Madara Uchiha"

Fin del Capitulo.

Sanada Uchiha- Liberación del Odio. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora