Capítulo 2

15.2K 1.6K 181
                                    

Dos años después

Las Vegas es el lugar perfecto si quieres pasar desapercibido. Después de diez meses vagando por todo el país, deteniéndome únicamente el tiempo suficiente para conseguir más dinero, llegué por casualidad a la que denominan 'la Capital de las Segundas Oportunidades'. Tampoco pensaba quedarme aquí más de un par de meses, pero pagaban bien y en mano. Y nadie me exigía papeles si era lo suficientemente discreta y no llamaba la atención sobre mí. Justo lo que yo andaba buscando. Lo que necesitaba.

Tal vez mis padres creyesen que los pueblos pequeños y dejados de la mano de dios eran más seguros pero, sin duda, una gran ciudad como es Las Vegas, con más de 2 millones de habitantes, entre residentes y esporádicos, te proporciona otro tipo de seguridad. La de ser una aguja en un pajar.

No puedo decir que mi trabajo sea el sueño de mi vida, pero hasta hace catorce meses lo único que podía hacer era huir y esconderme. Ahora tengo una casa a la que puedo llamar hogar -por suerte la buena de la señora que me la alquila odia los papeleos y le vale con que le pague en mano- y ciertas personas a mi alrededor a las que poder llamar por su nombre. No me atrevo a considerarlos amigos, porque no puedo fiarme de nadie ni contarles sobre mi pasado sin ponerlos en peligro, pero es más de lo que tenía hace dos años.

Dos años en los que no he sabido nada de mis padres. Los primeros meses no quise alejarme del pequeño pueblo donde desaparecieron, con la esperanza de que me encontrasen; pero conforme pasaba el tiempo, comprendí que permanecer allí sería demasiado peligroso. Mes a mes, pueblo a pueblo, crucé el país, borrando mis huellas tal y como me enseñaron, y rezando para que ellos sí pudiesen encontrarme incluso sin seguir su plan de actuación.

Porque sí, ellos tenían una ruta a seguir, un plan que, según ellos, nos mantendría a salvo. Pero nos encontraron y se los llevaron. No podía pensar otra cosa de su desaparición porque ellos jamás me abandonarían. Aquellos que iban detrás de nosotros, la amenaza anónima de la que nunca me hablaron, nos alcanzó y ellos fueron su presa. Si no hubiese ido a comprar aquel día, ahora mismo la historia habría sido otra. Y lo que más me atormenta es no saber de quién estoy huyendo o qué le habrán hecho a mis padres al descubrir que yo no estaba con ellos. ¿Qué esperar de todo esto? ¿Cómo protegerte si no conoces a tu enemigo?

En La Vegas, por primera vez desde que me quedé sola, me siento segura. O todo lo segura que una gran ciudad como esta me permite. Tal vez mis padres debieron elegir otra ruta de escape, aventurarse a perderse entre el gentío. Tal vez ahora estarían conmigo. Tal vez podríamos haber fingido que éramos una familia normal, con problemas normales. Pero de nada sirve lamentarse. Como decía siempre mi padre, sigue adelante siempre, no te detengas nunca y jamás mires atrás. Aunque admito que ahora mismo no le estoy haciendo mucho caso porque llevo catorce meses viviendo en el mismo lugar.

-Buenas noches, Nia - Roger, uno de los guardas de seguridad del hotel donde trabajo ahora me saluda con una sexy sonrisa en los labios.

Aunque ni nombre, Neve, es muy importante para mí porque es lo único que conservo de mi pasado, lo único que recuerdo, la única conexión con mis padres que me queda, decidí usar una variante del mismo en cuanto comprendí que debía continuar mi camino sola. Todo lo que me relacione con mi pasado es peligroso.

-Buenas noches, Roger - le sonrío de vuelta.

Él es uno de los pocos a los que ahora puedo considerar cercanos. No lo suficiente como para que conozcan mi pasado, nadie lo hará nunca, pero sí para imaginarme que, en circunstancias normales, podríamos haber sido grandes amigos. O incluso algo más.

Es mucho más alto que yo y tiene un cuerpo de gimnasio que quita el aliento. Por su trabajo, dice siempre, pero yo sé que le gusta ser admirado por las mujeres. Y no es para menos, porque es también muy guapo.

Neve (Saga SEAL 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora