Capítulo 22

11.1K 1.4K 161
                                    

Despertarme en la cama de Hank por segundo día consecutivo me resulta tan raro como la primera vez. O puede que incluso más porque hoy no estoy sola. Hank sigue profundamente dormido a mi lado y su brazo rodea mi cintura en una firme sujeción. Intento deslizarme lentamente de entre sus brazos para no despertarlo y me sorprende que consiga liberarme sin problema. Tenía entendido que los seal estaban siempre alerta, incluso durmiendo. Ya me lo había imaginado abriendo los ojos y preguntándome qué ocurría en cuanto me levantase, pero ni se ha movido. O estaba muy cansado o se siente lo suficientemente confiado como para dormir sin preocupaciones.

A pesar de que el reloj de la mesa de noche dice que son las siete de la mañana, ya no podré dormirme otra vez, así que bajo a preparar el desayuno. Me siento como una aprovechada y aunque sé que Hank se molestaría por llamarme así a mí misma, no es algo que pueda cambiar. Necesito sentir que mi estancia en su casa es útil, que no soy un incordio para ellos.

-Buenos días - el enérgico saludo de Joy me sorprende cuando ya casi termino de preparar las primeras tortitas - ¿Mi padre te ha echado de la cama? Lo veo capaz porque no está acostumbrado a dormir con nadie. Antes de ti no ha habido ninguna otra mujer.

-Sigue durmiendo - me limito a decir mientras coloco un plato frente a ella. Creo saber lo que pretende dándome tanta información, pero no voy a seguirle el juego - ¿No te acompaña a clase cuando está en casa?

-Voy en autobús - niega -. Aunque sí que se levanta para desayunar conmigo. Es raro que...

-Buenos días - el saludo de Hank interrumpe a Joy.

-Hoy se te han pegado las sábanas, papá - ríe.

-Para nada, cariño - le besa la cabeza y luego se acerca a mí. Antes de que descubra sus intenciones, ya me ha dado un beso corto -. Buenos días, preciosa. Eso huele de maravilla.

-Buenos días - respondo avergonzada de que haya hecho eso delante de su hija, pero Joy parece encantada porque no deja de sonreír -. Si gustas, hay más. Siéntate y te las sirvo.

-Podría acostumbrarme a esto - dice en cuanto coloco el plato delante de él.

-Y yo - corrobora Joy metiendo el último trozo de tortita en la boca.

Se despide de los dos con un beso en la mejilla, algo que tampoco me esperaba, y sale prácticamente corriendo porque el autobús ya está fuera. Al parecer Hank se ha encargado de que pare justo delante de la puerta de su casa, incluso cuando Joy está en con sus abuelos. Desde luego es un hombre de recursos.

-Gracias por este increíble desayuno - me dice Hank en cuanto nos quedamos solos.

-No es para tanto. Solo son tortitas.

-Pero no tenías por qué hacerlo.

-Claro que sí. Es lo menos después de...

-Mejor no termines esa frase, Neve - me advierte.  

-Pero...

-No - me interrumpe -. Si quieres hacerlo porque te apetece, me parece estupendo y no voy a protestar, pero si lo haces porque te sientes una mantenida, voy a enfadarme mucho contigo.

-¿No soy eso acaso?

-Por ahora - se levanta y se acerca a mí - eres mi protegida. En cuanto se solucione el problema de Solomon, serás mi mujer.

-¿Qué?

-Tranquila - sonríe y rodea mi cintura con sus brazos -, no voy a pedirte que te cases conmigo por ahora. No te asustes. Pero sí te vas a quedar aquí conmigo y con Joy. Y vamos a descubrir a dónde nos lleva todo esto que nos está pasando.

Neve (Saga SEAL 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora