Neve (Saga SEAL 1)

Capítulo 15

Todavía no entiendo cómo he podido entregarles a estos ocho seal mi confianza con tanta rapidez, si cuando entraron los agentes de la CIA lo único que quería era desaparecer. Sin embargo, con Hank y sus hombres me siento cómoda, protegida. Una sola mirada y supe que no me dejarían atrás, que cuidarían de mí con todas las consecuencias que eso les pudiese acarrear.

Y lo han hecho, me han salvado. Puede que Solomon siga siendo una amenaza real para mí pero ahora mismo estoy más cerca que nunca de escapar definitivamente de él. Si la CIA cumple con su parte, en poco tiempo estaré lejos de aquí, con una nueva identidad y una nueva vida. Ya no tendré que mirar a mis espaldas temiendo que me encuentren y me capturen. 

Mi mirada busca a Hank inconscientemente al pensar en ello. Mientras los demás hablan entre sí y bromean, olvidadas ya las terribles horas que hemos pasado intentando escapar, él está sentado frente al portátil, escribiendo el informe que me librará para siempre de Solomon. Qué diferente podría haber sido todo esto si hubiesen elegido a otro equipo para recuperar el arma. Ahora mismo podría estar camino de alguna base secreta donde me someterían a innumerables pruebas para descubrir mi potencial.

Jamás podré agradecerles lo suficiente que me den la oportunidad de vivir como una persona normal. Estoy en deuda con ellos y siento la necesidad de que lo sepan, pero no puedo arriesgarme a decírselo en voz alta por si alguien más nos está escuchando. Así que, se lo diré a Hank y que él se encargue de darles mi mensaje.

-¿Necesitas ayuda? - me siento a su lado.

No es la mejor forma de enfrentar el asunto pero no se me ocurre nada mejor en este momento. Cuando estoy cerca de Hank, mis nervios me pueden, sobre todo después del beso que compartimos. No he podido dejar de pensar en él desde que sucedió pero algo me dice que Hank ya ni lo recuerda.

-Todo controlado - me mira y me sonríe - pero puedes hacerme compañía si quieres.

-Gracias - leo por encima lo que está escribiendo y me sorprende lo profesional que se ve. Describe cada acción que realizaron de una manera concisa y escueta, ciñéndose a datos técnicos, usando los rangos de cada uno de sus compañeros como si no se conociesen de nada. Yo seguramente habría puesto sus motes o el miedo que pasé en algunas ocasiones -. Haces que parezca que no lo has vivido.

-¿Qué? - me mira de nuevo.

-El informe. Parece que no hayas estado allí pasando por todo eso.

-A los jefes no les interesa el proceso, sino los resultados. Seguramente revisarán a conciencia únicamente la parte en que explico que el arma fue destruida y la relación que tú tienes con Solomon para decidir si te ayudan o no.

-¿Y si no me ayudan? - hasta ahora no había pensado en esa posibilidad.

-Lo harán - parece tan seguro que le creo -. Tal vez intenten averiguar lo que sabes de Solomon pero en cuanto les explique que no has tenido contacto con él desde los 4 años, te dejarán en paz. Se ocuparán de darte una nueva identidad y reubicarte en algún lugar del país donde estés a salvo.

-Y no volveremos a vernos - digo tan bajo que dudo que me escuche.

-¿Memorizaste el número? - me pregunta bajando también la voz.

-Sí.

-Bien - asiente sin dejar de escribir -. No dudes en usarlo. Siempre que lo necesites.

-Gracias - me animo a decirle aquello por lo que me acerqué a él -. Por todo. Por salvarme, por protegerme, por no delatarme. Jamás podré compensaros por esto.

-Ya lo has hecho, Neve - ahora sí me mira -. Nos has salvado la vida en más de una ocasión. Somos nosotros los que estamos en deuda contigo.

-Entonces la deuda está saldada - le respondo -. ¿Se lo dirás a ellos por mí? ¿Les darás las gracias por guardar mi secreto?