Capítulo 3

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Ya ni me molesta el verde distintivo de las gafas de visión nocturna, tan acostumbrado estoy a usarlas en nuestras misiones. Lanzo una última mirada al frente antes de comunicarme silenciosamente con mi grupo. Les muestro mi mano con todos mis dedos estirados. Alzo el brazo después con el índice y el pulgar formando una pistola para informar de que los cinco hombres que he localizado están armados con escopetas. Tres nuevos dedos en alto y un movimiento brusco de arriba a abajo les indica que tres de ellos llevan recortadas. Por suerte no veo francotiradores. Eso lo complicaría todo.

Muevo entonces el brazo hacia atrás señalando mi espalda y realizo un vaivén de lado a lado con mi índice y corazón en gancho para que se movilicen. Mis compañeros muestran sus dedos índice y pulgar en una perfecta O antes de colocarse en posición. Han captado el mensaje.

Avanzamos en formación en columna, tal y como les pedí, buscando siempre no ser vistos por el enemigo. La misión requiere absoluto silencio y discreción, una de nuestras especialidades. El factor sorpresa es crucial para que el objetivo no se nos escape. Llevamos más de seis meses detrás de él y esta es la primera ocasión real de capturarlo. Después de varias pistas falsas que nos llevaron a un callejón sin salida, fallar ahora no es una opción.

Despliego a mi gente en abanico para rodear la casa en cuanto nuestra cercanía nos permite incluso oír las respiraciones de los guardas de la puerta y les doy la señal de actuar una vez estamos todos en posición. Esos cinco primeros enemigos caen sin hacer ruido bajo las expertas manos de mis hombres.

-Vía libre - indico con gestos para que me sigan al interior del edificio.

Registramos con sigilo cada estancia del piso inferior hasta despejarlo por completo. Llevo mi mano sobre mis ojos y luego señalo las escaleras para indicarles que subo. Mis compañeros esperan mi orden al final de la misma mientras estudio el terreno en el piso superior. Solo veo luz bajo la puerta del fondo y escucho murmullos a través de ella. Todavía no saben que estamos aquí. Se lo indico a mis compañeros antes de que me sigan hasta arriba.

Envío a Harris y Loman a la puerta por precaución mientras el resto despeja una a una las otras habitaciones de la planta y yo me mantengo en lo alto de la escalera vigilando que nadie se nos acerque por la espalda. No quiero sorpresas de última hora cuando ya está casi hecho. Un pequeño error ahora resultaría fatal.

-Despejado - me indican con gestos y asiento hacia ellos para dirigirnos a la última de las habitaciones. La única donde, al parecer, encontraremos actividad tras ella.

Imparto órdenes silenciosas y Simmons se ocupa de los explosivos que derriban la puerta con un gran estruendo y mucho humo, lo que nos ayuda a entrar en la habitación con una buena cobertura. A mi grito de rendición nos llega fuego enemigo en respuesta y nos obliga a buscar protección antes de enviar ráfagas de regreso hacia ellos. No iba a ser tan fácil.

Cuando el humo se disipa, descubrimos que hay una segunda puerta en la habitación por la que están tratando de huir. Roman nos lleva la delantera y varios de sus hombres están atrincherándose para impedirnos ir tras él.

-Todos a cubierto - grita Fisher segundos antes de que lance una granada hacia el fondo de la habitación.

-Maldita sea, Suicida - le grita Simmons avanzando, aún así, hacia los hombres que agonizan después de la explosión -. Podrías pensar primero por una vez en tu vida.

-Los he noqueado - lo adelanta y remata a un hombre que le está apuntando con su arma -. No te quejes tanto y vamos por Roman.

-No por nada le llamamos Suicida - Loman palmea el hombro de Simmons antes de adelantarlo y adentrarse tras Fisher en el pasillo.

Neve (Saga SEAL 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora