"Nunca he pensado que mi vida fuera perfecta, sólo normal. Pero jamás pensé que alguien odiara una vida normal... que deseara lo que esa vida normal tenía. Como humano o dragón, seas lo que seas, no se debería de desear lo que el otro posee... Eso crea caos, destrucción allá donde va... dolor, ira, deseos de terminar con la vida misma... lo sé, soy una de las vidas normales que fueron dañadas... ¿por qué? Porque todos querían tener lo que yo poseía..."
Época de los Dragones. Una aldea ardió en mitad de la noche. Un llanto, el de un niño, es lo único que se alcanzó a oír entre tanto caos. No había personas, solo ruinas que ardían y ardían. Entre la confusión, las voces de los atacantes azotaban el lugar como si fueran dioses.
"Todo esto... ¡Es culpa de los humanos! Si ellos no hubieran existido..."
"Cierto, debemos acabar con la amenaza, pero... dejaremos unos pocos, ellos deben saber dónde encontrar El Corazón de Atlanta..."
Las voces de los atacantes eran tan graves que daba miedo hasta escucharlas.
- Son Dragones... – dijo la voz temblorosa del niño que yacía al lado de dos cuerpos.
El niño dejó de llorar, pensando:"Qué sentido tiene... si nadie viene... nadie vendrá.". El niño sólo miraba los cuerpos yacentes de lo que antes fueron sus padres. Los cuerpos estaban tan demacrados por los colmillos de los dragones, que el niño ya no sabía quién era el padre y quién la madre.
- No debes quedarte... – dijo una voz femenina, la de una extraña niña. El niño no consiguió verla bien, era de noche, estaba cansado y envuelto en un manto de sangre - Yo te sacaré de aquí – el niño la miró con un brillo de esperanza en sus ojos, que, a pesar de estar traumatizados, se dieron ese pequeño capricho de brillar de nuevo. Pero el niño no se dio cuenta de que tras él acechaba un dragón, el cual quiso devorarlo.
- ¿Moriré...? ¿Ahora...? – dijo mientras veía cómo los colmillos del dragón se acercaban a él. El miedo se apoderó por completo de su cuerpo. No podía moverse, solo temblaba de pánico. De repente, la voz de la misteriosa niña lo hizo moverse.
- No toques a mi amigo. – dijo la niña.
Acto seguido, el niño pudo ver a la niña mejor que nunca: piel morena, extraños patrones azules, ojos rojos carmesí y un largo cabello castaño. Lo que más impactó al niño fue verle a la niña unos cuernos en la cabeza y una enorme cola afilada, la cual ella usó para partir en pedazos al dragón que tenían delante.
- ¿Por qué...? ¿Por qué los dragones hacéis esto...? ¡¡¡Yo no tengo por qué pagar por vuestros estúpidos errores!!! – gritó la niña con gran fuerza.
El niño solo podía verla despedazando al dragón ya muerto. Los demás dragones se alejaron al ver tal escena y el niño se desmayó a causa de la presión.
Cuatrocientos años después de la guerra contra los dragones, en una cueva remota, desolada, totalmente a oscuras, un hombre de pelo azul oscuro, piel morena con patrones azules, ojos verdes y mirada seria estaba sentado en una de las rocas. Pensativo como si tratara de recordar algo.
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Humano y Dragón, ¿Una amistad Prohibida?
FanficEn esta historia, Acnologia, Rey de los Dragones descubrirá todo aquello que nunca pudo saber sobre sí mismo, su pasado y la relación entre su familia y los dragones desde tiempos inmemoriales. Puesto que él los odia, ¿Cómo reaccionará ante tal inf...