Tercer clase, una tras otra sin descanso.
El no haber desayunado empieza a pasar factura.
La clase de psicología termina y hago mi camino hasta una pequeña soda al lado del campus.
Literalmente me auto-digiero.
Camino a paso apresurado ya que solo tengo cinco minutos antes de mi siguiente clase.
Una vez tengo mi sandwich y un refresco hago mi camino de vuelta.
Mi celular vibra en el bolsillo trasero de mis jeans y hago malabares para alcanzarlo.
Lo saco y descubro que es un mensaje de mamá.
Mommy: ¿qué tal todo cariño?
Ruedo los ojos y le respondo con un "bien".
Choco contra algo y caigo de trasero al suelo.
Alzo la cabeza y me doy cuenta de que choqué contra una pared.
¡Una pared! ¿cómo rayos no me destape la cabeza? Iba casi corriendo.
Soy una descuidada.
Cierro lo ojos y cuento hasta mil mientras repito mi típico mantra "No maldigas, las chicas buenas no maldicen".
Me levanto aún con los ojos cerrados, por suerte no me manché con el sandwich pero éste quedo en el suelo y ya no puedo comerlo y tampoco traje más dinero para comprar otro.
Lanzo un resoplido cargado de absoluta frustración. Recojo mis cosas del suelo, arrojo el sandwich al basurero y abro mi refresco.
Camino de prisa pues solo tengo cinco minutos para llegar al pasillo número siete y recibir mi clase.
Subo al ascensor que me llevara al segundo y ultimo piso de la facultad. Un brazo impide que la puerta se cierre por completo y un chico rubio con ojos muy azules entra.
¡Oh genial!, lo que me faltaba, el chico del panquecito.
Ruedo los ojos y dejo mi vista en el techo del ascensor.
—Pss panquecito—vuelvo mi vista hasta el odioso ser que se encuentra conmigo en este pequeño cubículo.
Le doy una mirada insitandolo a continuar.
—Sí entendiste, a puesto a que te encanta el jodido apodo que te dí, panquecito, aaag miérda soy buenísimo en esto de los apodos.
"NO MALDIGAS" "NO OFENDAS"
—No me llames panquecito y si vas a dirigirte a mí por favor que sea sin malas palabras ni maldiciones. Boca sucia.
—Que tal panquecito parece que ya tienes un jodido apodo de la miérda para mí, me has llamado boca sucia dos veces, eso para mí ya es un jodido apodo, aunque no eres muy buena en eso.
Se ríe como si hubiera contado el mejor de los chistes y yo ruedo los ojos.
—Mejor solo voy a ignorarte— susurro, aúnque más para mí que para él.
Suelta otra carcajada.
¿Éste ascensor se quedo trabado o qué?
—Soy Damien Cooper—extiende su mano hacía mí.
—Elineth Ryan—estrecho su mano y la puerta se abre.
Salgo de allí rápidamente y el grita.
—QUE BUEN CULO ELINETH, PERO PREFIERO LLAMARTE PANQUECITO.
Me sonrojo de inmediato.
Camino lo más rápido posible para alejarme de él.
Llego hasta la puerta del aula y toco para entrar.
¡Justo a tiempo!
Una vez estoy en la seguridad de mi asiento puedo respirar tranquila.
Pero hoy no es mi día y una figura se acerca a mí y se sienta a mi lado.
¡DIOS DAME PACIENCIA!
—En serio tienes un buen culo.
—¿No tienes nada mejor que hacer que seguirme?
—No te sigo panquecito, que jodido egocentrismo el tuyo.
Ruedo los ojos.
—¿Qué haces aquí entonces?.
—Lo mismo que tú, estudio Trabajo Social.
Abro muchos mis ojos.
—¿Tú?, gran boca sucia, ¿estudias Trabajo Social?.
El suelta una carcajada.
—Joder panquecito, eres como una puta ama de la comedia, acabo de conocerte y me reído más que en toda mi puta vida.
—Y ahí vas de nuevo, maldices mucho, no lo hagas, Los chicos buenos no maldicen.
—¿Y a ti quién te dijo que yo quiero ser un jodido "chico bueno"?.
—Oh disculpame, no me dí cuenta de que estoy en frente del mismísimo Bad Boy.
Sarcasmo refinado, mi manera de maldecir.
El ríe de nuevo y estoy tentada a golpearle la garganta.
Pero eso no es algo que una chica educada haría.
—Con permiso—digo antes de levantarme y caminar hacía el puesto más alejado posible del boca sucia.
Siento una palmada en mi trasero y me vuelvo exageradamente hasta el responsable y ahí esta él.
Suelto un grito que alarma al grupo y a la profesora.
—Irrespetuoso, Boca sucia.
Mi mano impacta su mejilla tres veces y luego salgo de allí.
Todo en Damien Cooper grita PELIGRO así en mayúscula y negrita.
Haré lo posible por mantenerme alejada de ese boca sucia.
Te felicito Elineth, te portaste como una buena chica, y apesar de todo no soltaste ni una maldición.
∽∽
Besos de café y Nutella
TS♡
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"Los chicos buenos no maldicen"
Ficțiune adolescențiDamien Cooper es un chico tierno pero algo engreído, esta bastante consciente de su atractivo físico y sabe usarlo a la hora de conquistar a una chica ¿su mayor problema? un repertorio con un sin fín de maldiciones y palabrotas. Elineth Ryan es una...