La capa de Severus se arrastraba sobre el césped verde. Olía a recién cortado, pero, también a cada paso que daba se hacía más intenso el aroma de tostadas, y huevos.Frunció el ceño al sentir su estómago rugir. Había olvidado desayunar. Se había concentrado tanto en tratar de inventar una excusa para no asistir a estas ridículas "mini vacaciones".
Arthur Weasley hacía acto de presencia. Abriendo los brazos para recibir a los nuevos invitados. "¡¡Dumbledore!! , bienvenido a nuestra madriguera." decía el señor weasley invitandolo a pasar.
-¡¡Molly!!, querida. El director ya está aquí.
Severus quién venía unos pasos más atrás, al llegar a la puerta aclaró la garganta para hacerse notar.
Arthur y Dumbledore se giraron para ver al profesor. Snape por un momento tuvo la idea de salir huyendo hacia su fría mazmorra. Pero la Sra Weasley sin titubeos lo abrazo sin posibilidad de huir. Se podía decir que Molly brotaba por los poros tranquilidad y amor maternal.
- ¡Deben estar hambrientos! Dijo Molly. - Vamos a la cocina por un poco de café profesor.
Lo tomó del brazo y lo arrastró unos pasos más allá.
Una larga mesa, decorada con un mantel estampado con patitos de hule.
Había sido regalo de navidad de Harry para el Señor Weasley.
Encima de la mesa se encontraban charolas con toda clase de pastelillos, Jugos, café y mucho pan tostado.
Severus sintió rugir nuevamente su estómago. Podía sentir el sabor de esos huevos en su boca.
Pronto un silencio absoluto lo saco de sus pensamientos. Una manada de mocosos zanahorios lo miraba directamente. Alzó un poco más la vista y pudo encontrarse con los verdes ojos de Potter. El niñato tenía los cachetes inflados de comida.
Siguió observando y pudo ver un manojo de cabellos castaños hundidos tras un libro de pociones avanzadas .Al costado de Hermione, se encontraba Neville Longbottom con la boca abierta mientras la señorita Lovegood le ofrecía acarameladamente un cupcake de chocolate.
- ¡Pero que silencio! , gritó Hermione tras su libro. -¿Acaso ya hiciste algo Ronald Weasle...y?-
La castaña bajó su libro bruscamente para llamar la atención de Ron, pero al digirir la mirada donde todos sus compañeros miraban, Hermione quedó con la palabra en la boca.
- Hola profesor. Hay café negro, cómo le gusta.- Dijo Luna sonriéndole y ofreciendole la silla vacía al profesor, junto a Hermione.
La señora Weasley le dio una suave palmada al profesor, incitándolo a sentarse.
Molly puso un plato en el lugar vacío, con huevos, tocino y unas cuantas tostadas. Los muchachos siguieron comiendo en silencio incómodos por la presencia del profesor.
Snape caminó lentamente y tomó asiento. Con sus largos dedos sostuvo el tenedor y comenzó a picar los huevos. Levantó un poco la vista y vio cómo el tazón se llenaba de espumoso café negro.
De reojo pudo ver a la señorita Granger que con un movimiento de varita había llenado su taza.
Giro la cabeza para responderle alguna ironía. " ¿Y es que acaso yo no puedo llenar mi taza? Niñata entrometida"pensó. Pero fue interrumpido por una de las voces que tantas veces había producto de burlas. Sobre su cabello, su tez blanca y principalmente por ser mestizo. "Sirius Black".
Black ingresó junto a Remus a la cocina y pudo ver la mesa llena con los muchachos. "Sirius" gritaron los chicos al unísono. Harry se levanto de la silla para abrazar a su padrino. Los gemelos Weasley ofrecían cupcakes de chocolate al pequeño Teddy que estaba en brazos de su padre Lupin.
-¡ Vaya, Vaya!...- Dijo sirius, al ver a Snape. -¿Ya te aburriste de jugar con tu jueguito de química.
-Sólo vine a ver cómo van las cosas con tu novia Lupin, Perro.- respondió con ironía el grasiento profesor. - ¡Y ya adoptaron un bebé! , vaya que hermosa familia hacen.
Este sintió ruborizar de rabia. Se acercaba con pasó firme con el puño apretado para noquear al profesor. Ese murciélago merecía una buena paliza. Ni bien podría arreglarle la ganchuda nariz pensaba Sirius.
Todos los muchachos corrieron de sus sillas hacia el rincón de la cocina. Remus tapaba los ojos de su pequeño para que no presenciara tal acto de violencia.
Severus se levantó bruscamente dejando caer la silla al suelo de un fuerte golpe.
Con varita en mano. Y con la otra incitando a acercarce, Snape esperaba a Sirius.
A escasos centímetros se encontraban cuándo Hermione intervino. Caminó por delante de Severus y estiro los brazos, se podría decir que protegiendolo.
-¡¡Basta los dos!!
Miró a Sirius desafiante. Harry corrió para sostener los brazos de su padrino y en cierta parte defender a Hermione, en caso de que no le llegará alguna trompada.
-Te salvo la campana, grasiento. Por cierto, guarda huevos en tu túnica para la cena maldito asqueroso.- Dijo Sirius tratando de soltar el agarre de Harry y levantando las manos en señal de que ya estaba calmado.
-Aquí te espero perro sarnoso. Con el plato de mascota en el suelo. - Respondió Severus, impulsandose sin querer hacia adelante rozando el cuerpo de la chica.
La señora Weasley quién protegía a los jóvenes en un rincón de la cocina. Alzó su varita enojada. "Todo aquel que cause caos en mi cocina, yo misma lo enviaré a Askaban".
-Lo siento Molly, no volverá a ocurrir.
- Gracias por el.... desayuno.- dijo Snape inclinándose en modo de reverencia. - Ya es hora de volver al castillo.
Con paso firme el maestro de pociones salió de la casa. Desaparecería en el patio.
"¿Profesor?"
***
N/A: Me tarde un poco, no tenía un buen internet para subir el capítulo. Lo siento. Gracias por leer.
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Addicted to Love
FanfictionAntes de comenzar el séptimo año, Dumbledore decide formar unas "vacaciones de verano" en la madriguera. El murciélago de las mazmorras es obligado a ir. Sin pensar que se haría adicto a cierta hechicera castaña. *Sevmione*