"¿Profesor?",
Detuvo su caminar y rodó los ojos.
Severus giró lentamente, para ver a una Hermione de pie, frente a él. La chica torcía un pie, y se mordía el labio inferior. Hecho que Snape no pasó por alto. "Que infantil" pensó.
-¿Ya tiene que irse?- Soltó Hermione de pronto. - Le preparé una habitación... Es decir Ginny y Luna también ayudaron.-
Severus sorprendido hizo una mueca con los labios. Quería gritarle a la mocosa y enviarla a volar. "Segunda grosería que te insinua la torpe sabelotodo Severus. No debes aguantar tal insolencia". Su cerebro procesaba todo tipo de insultos.
La chica aún lo miraba esperando una respuesta.
Fue entonces cuándo recordó al viejo anciano. Un recuerdo en lo más oculto de su mente. Aquel día el grasiento Snape bebía frente a su chimenea, desganado. El viejo entró en su despacho. "El mundo no es malo contigo Severus, tú eres el malo con el mundo". Dándole dos palmaditas en el hombro.
"Anciano endemoniado, tal vez tenga razón. La chica sólo ha tratado de ser amable, pero tú eres el grasiento murciélago de las mazmorras. Nunca dejarás de ser un salado amargado". Su mente estaba al límite. ¿Y si sólo le sonreía a la chica y le mostraba sus amarillentos dientes?, descartó la idea de inmediato. Podría asustarla y saldría corriendo.
Hermione aún en frente. Pudo notar la lucha emocional y personal que tenía el profesor debido a las muecas en su rostro. A ella también le pasaba a menudo, tenía tanta información que su cerebro podría colapsar y en el peor de los casos, morir. O al menos eso decía Ron.
De pronto la cara de Severus se tornó dura y sin expresión. La chica pensó que tal vez la teoría de Ron era cierta. "Ya se le había secado el cerebro."
El profesor la miró con sus profundos ojos negros sobresaltando a Granger. El pómulo derecho de él comenzó a subir. Estaba tratando de sonreír, de medio costado.
El rostro de ella se preocupó. Qué piel tan blanca tenía. Era cómo ver sonreír al mismísimo Conde Drácula y además sonriendo.
¿Qué viene ahora?, ¿Acaso se acercará a ella, y le chupará el pescuezo?, Sintió unas fuertes ganas de echarse a correr.
Su vida peligraba.
El muy maldito la asesinaría a sangre fría, y digo sangre porque sería lo primero que le sacaría del cuerpo. "Dí toda la pelea en la batalla, para morir a manos de este grasiento y a plena luz del día" Pensó.
El plan de correr cómo una loca desquiciada, cada vez se hacía más fuerte.
Sintió unos pasos sobre la hierba, y el sonido de una pequeña levita arrastrándose.
-¡Hermione! acá estabas nena.- decía Sirius tras la chica. -Vaya...¿que haces con el grasiento?, ¿Te ha tocado?-.
La chica negó con la cabeza, sin dejar de mirar a Severus.
Black se interpuso medio de la corta distancia que los separaba, y apoyo ambas manos sobre los brazos de Hermione. Cortando los miramientos de Severus.
- Albus, te necesita. Hubo un problema con el lago, está lleno de fango. Y cree que tus habilidades muggles podrían salvarnos, para capear la calor.
Severus había borrado la sonrisa, en cuanto vio al perro acercarse. Su rostro se había puesto duro y con el ceño fruncido. Quiso lanzarle un Avada apenas el cabeza hueca mencionó que era un grasiento. El desgraciado le preguntaba a la chica si la había tocado. Pero era exactamente lo que él hacía con la sabelotodo. Tocarla.
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Addicted to Love
FanfictionAntes de comenzar el séptimo año, Dumbledore decide formar unas "vacaciones de verano" en la madriguera. El murciélago de las mazmorras es obligado a ir. Sin pensar que se haría adicto a cierta hechicera castaña. *Sevmione*