Capítulo 4.

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***

Un rayo de luz tenue daba directamente en su rostro.

Parpadeó varias veces hasta acostumbrarse a la pequeña luz que se colaba por la ventana.

Se puso de pie, restregándose un ojo y se asomó a la pequeña ventanilla, el cielo estaba muy estrellado. Miró hacía el patio, unas pequeñas lámparas alumbraban hacía la piscina.

Pronto, la información volvió a su cabeza; Las vacaciones, el caluroso día y Sirius.

La había besado bajo el agua, tras abalanzarce con ella.

Tocó su pecho sintiendo unas extrañas sensaciones. Estaba sudada, se había dormido encima de su cama, tras el incidente con el padrino de Harry.

Se giró para ver las camas de sus amigas, seguían intactas; estiradas, sin ninguna arruga.

Si la Sra Weasley tan sólo supiera que por las noches, sus amigas se escapaban a la habitación de los chicos, habría grandes problemas.

Rodó los ojos un poco cabreada, desde que había terminado la guerra, las chicas no habían dejado solos a sus novios por ningún motivo.

A diferencia de ella, quién había dejado esas cursilerías para sus amigas.

Sus prioridades en ese momento era mantenerse con vida y tal vez volver a seguir las reglas del colegio, en lo posible.

Giró el pomo de la puerta con delicadeza. Y comenzó a caminar sigilosamente.

Necesitaba tomar un baño.

Se dirigió al tocador, y rápidamente se llevó una mano a la boca para ahogar un grito.

Ronald estaba durmiendo en la bañera, tenía la cabeza apoyada en una improvisada almohada. Un hilo de saliva amenazaba caer por el nacimiento de su boca.

Suspiró frustrada.

Sacó su varita del bolsillo y con un movimiento apareció una blanda almohada bajo la cabeza de Ron, junto a una suave colcha.

Sentía mucho afecto por el chico, pero no era más que eso, cariño. La brillante mente que ella poseía, la había impulsado a dejarlo claro desde el principio.

Ellos jamás estarían juntos.

Cómo instinto maternal, había tratado de hacer más cómodo el sueño del pelirrojo. Eso dejaría dolor de cabeza por la mañana.

Ya pronto hablaría con Ginny sobre enviar al solitario Ron a dormir fuera de la habitación de chicos. Se sentía culpable en cierto lugar, si ellos fuesen novios, él también tendría una agradable cama dónde dormir.

***

Con sumo cuidado caminó hasta la planta baja, toda la casa estaba en absoluto silencio.

Siguió avanzando hasta llegar al patio.

Se acercó a la piscina, y tocó con la punta de los dedos el agua. Estaba perfecta.

Sonrió por lo bajo.

Desabrocho el botón de su pantalón y dejo caer la playera en el césped.

Alzó sus manos al cielo y se dejó caer al agua, necesitaba refrescarse.

Nadó de un extremo a otro.

Quedó flotando en una esquina. Posó sus dedos sobre sus labios acariciandolos.

Cerró sus ojos por unos momentos, sintiendo las huellas de sus propios dedos.

-Granger.

La castaña abrió los ojos deprisa y alerta giró hacía dónde provenía la grave voz.

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⏰ Última actualización: Feb 01, 2018 ⏰

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