Whispers ||Ed Sheeran||

Capítulo 9

A la siguiente estrella Argus fue el que me esperaba en la arena junto con estante de armas diferentes.

-Buena travesía Edward- saludó

-¿Buena qué?

-En tu Tierra me parece que es similar a un "Buenos días"

-Ah ya...- me coloqué frente al estante y comencé a examinar cada una de ellas

-Por el momento dejaremos las armas de lado

-¿No las usaremos?

-No. Aún no estás listo para una de estas bellezas- tomó una clase de tridente con una hoja afilada del otro lado- Primero tienes que aprender lo básico

-Bien- dije encogiéndome de hombros

-Lo que si usaremos hoy son estas- y como por arte de magia Argus sacó un par de simples botas cafés con un amarre extraño

-¿Botas?

-Son similares a las botas de tu Tierra pero estas son alas de ángel- me extendió las botas y yo no pude evitar un bufido mientras las tomaba

-¿Me dirás que no son una botas simples y ordinarias?

-Así es- afirmó

-Bien- las alcé y examiné un poco intentando encontrar algo que las diferenciara de "las botas de mi Tierra" pero la verdad es que no parecían nada de otro mundo- Supongo que tendré que ponérmelas

-Es correcto- volvió a afirmar mientras volvía a su postura de siempre, hombros y espalda recta con manos entrelazadas por detrás

-Bien- me senté en el suelo y comencé a ponérmelas; apenas terminé Argus me ofreció su mano para ponerme de pie.

-Sé que te causan gracia estas "botas" pero son el objeto primordial que debes aprender a manejar por lo tanto puedes asumir que son de suma importancia

-De acuerdo, las botas son lo mejor- dije burlándome de nuevo y Argus sólo se rio

-Son flotadoras

-¿Te refieres algo así como voladoras?

-Podría decirse

-Genial- dije entusiasmado- ¿Y cómo se activan?

-Tienes que creer

-Oh claro... porque aquí todo funciona así, lo había olvidado- puse los ojos en blanco pensando que no había peor manera

-Bueno en realidad tienes que desearlo

-¿En serio?- dije exasperado- ¿qué tanto?

-Como si tu vida dependiera de ello- me sonrió

-Wow... supongo que tardaré un poco entonces- Argus ensanchó su sonrisa como si supiera algo que yo no- ¿Qué haces?

-Acelerando las cosas- y de la nada estaba colgando de cabeza mientras me elevaba cada vez más- ¡Santa mierda Argus!- pero sólo pude escuchar su risa. Intenté cerrar los ojos pero no pude hacerlo, no dejaba de gritar y juro que estaba a punto de orinarme encima. La arena casi había desaparecido de mi campo de visión debido a la altura que habíamos alcanzado hasta que la montaña flotante desapareció también. Siguiendo colgado de su mano la Luna apareció frente a nosotros después de haber traspasado una capa de nubes.

-¡Bien!- gritó Argus- ¡tu turno!

-¿¡QUÉ!?- exclamé horrorizado- ¡No no no no no! ¿¡Estás loco!?