iii.iv Atravesé Fantasmas Para Llegar Aquí.

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iii.iv

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"Cuanto más alto llegue, más bajo me hundiré

No puedo ahogar mis demonios, ellos saben nadar."

-Bring Me The Horizon, Can you feel my heart?

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Su próxima visita no fue de su hermano. Usagi no tenía reloj, pero presentía que no había pasado mucho tiempo desde que Shingo había desaparecido.

"¿Quién anda ahí?" Alerta, Usagi saltó de la cama al escuchar pequeños pasos aproximarse.

Una gorrita se asomó, la cortina abriéndose de una esquina. Sonriendo para señalar que la persona era bienvenida, Usagi agachó su cabeza para ganar un mejor vistazo. "Hola, ¿quién eres?"

La personita terminó de introducirse y cargaba una bandeja con comida. Todo lo contrario a Shingo, la pequeña niña que le correspondió la sonrisa era muy colorida. Con un gorro amarillo de estambre cubriendo su cabeza, y arropada contra el frio con un lindo abriguito verde manzana. Sus botitas impermeables rosadas hicieron squish-squish al acercársele.

"O~haiyo, Señorita-que-cayó-del-cielo."

Usagi rio encantada con la vibrante voz. Golpeó la cama como invitación. "¿Cuál es tu nombre, pequeña?"

"Per... Per... Persé..." Tartamudeando tercamente, las mejillas de la niña se colorearon por el esfuerzo.

Usagi la animó, acercando sus rostros para que se sintieran al mismo nivel. No podía ser mayor de seis o siete años. Le recordó a Chibi-Chibi. "¿Persé...?"

"...fff-fone."

"¿Persé... fone?"

"¡Ha~i!" Colocando la bandeja a los pies de Usagi, los cuales estaban tapados con un nido de cobija. "¡Baba-san me llama Persii! Dice que mi nombre es muuuy laaaargo, Pero yo creo que mi nombre largo es bonito. ¿Verdad que es muy bonito?"

"Es precioso." Usagi partió el trozo de pan duro en dos, sumergiendo su parte en lo que parecía ser avena fría. "¿Te gustaría acompañarme?" Le ofreció la otra mitad.

Perséfone se sentó frente a ella de un brinco. "¡Mmm-hmm! Arigato, Señorita-que-cayó-del-cielo."

Usagi rascó su nuca. "No tienes que decirme así, ¿sabes? Me llamo Usagi. Usagi Tsukino."

Antes de comenzar a comer, Perséfone retiró su gorro y sus guantes educadamente, revelando cabello lila atado a un chongo chino. "¿Es un ángel, Señorita-Usagi-Tsukino? Baba-san dijo que no, pero la vi caer del cielo con sus hermosas tsubasas, así que debe de ser un ángel, porque solamente los ángeles tienen tsubasas como las suyas—"

"No, no, no, no, Persii-chan. ¡Para nada! Solamente soy una chica... que tiene alas." Sintiéndose de lo más torpe con la explicación, Usagi hizo tiempo con otra mordida a su pan empapado en avena. Sabía a cartón, pero comida era comida. Sus tripas no dejaban de gruñir. "Disculpa, ¿quién es Baba-san?"

Persii limpió avena de su mentón con la insignificante hoja de servilleta que acompañaba el platillo. "Mi Baba-san. Te cuidó toda la noche, no durmió, me tenía muy preo-preo-pero..."

Usagi sonrió. "¿Preocupada?"

El chongo se movió de arriba a abajo enérgicamente. "Hai. Está ocupado ahora y me dijo que le trajera comida. Está muy enojado."

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