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Tyler estaba sentado en posición de indio sobre el sofá largo de la sala —el mismo donde había tenido sexo con Josh noches atrás—. Sostenía en sus manos un tazón grande de cereales de colores, era como su desayuno y almuerzo.

Ya era pasado el medio día y aún seguía en su ropa interior y una camiseta vieja y grande de Josh —que había adoptado completamente.

No había visto mucho al mayor ese día, no salía mucho de su habitación cuando no tenía nada que hacer. Sólo lo había visto cuando estaba desayunando. Solía comer grandes platos de cualquier cosa, también solía decirle a Tyler que comiera cosas saludables. El castaño solamente compraba pasta y comida rápida, ese había sido uno de los acuerdos: cada quien compraba su comida. Aunque a veces compartían.

Cuando Josh no salía de su habitación, normalmente, era porque estaba durmiendo o haciendo ejercicio. Tyler esperaba que fuera la segunda, siempre disfrutaba ver a Josh haciendo lagartijas o levantando pesas... O cualquier cosa que lo hiciera quitarse la camisa y sudar. Tyler solía terminar con una erección tras pensar en Josh así.

Era uno de sus días libres y Tyler había pensado que quizás podrían hacer algo juntos, aunque en realidad no tenía en mente proponerlo. Solamente había pensado en, quizás, ir a su habitación y hacerle sexo oral o algo así, y luego acurrucarse.

Josh y él no habían hecho casi nada desde la última vez en el sofá. Cuando Josh hacía cosas muy duras no buscaba hacer nada más por algunos días. Tyler se sentía bien con eso, pero sabía que el pelinegro se había sentido como una basura porque creía que lo había lastimado. Josh era un hombre confuso.

Con todo y eso, Tyler sentía su estómago revolverse y sus mejillas tomar calor cada vez que recordaba a Josh estando celoso por Dallon —a quien no había visto desde que lo había dejado plantado en la cita que, supuestamente, tendrían. Esperaba que no estuviera enojado, no había respondido el mensaje que el menor había dejado al día siguiente.

Tyler terminó su cereal, al mismo tiempo de que iba a la cocina para lavar el tazón vio a Josh bajando las escaleras ya vestido. Sonrió con picardía y se tiró a lo largo del sofá.

—Joshie —llamó—, mira, afeité mis piernas esta mañana. ¿Te gusta?

Sonreía ladeado y pasaba una de sus manos sensualmente por sus piernas. Las estiraba y separaba como técnica de seducción, a Josh le encantaba y él lo sabía.

El mayor, que había estado abotonándose una camisa casual, con su cabello aún goteando un poco, sonrió al voltear a verlo. Ciertamente amaba cuando Tyler hacía eso.

—Te ves hermoso, dulzura —le respondió aún sonreído.

El castaño se incorporó en el sofá en cuanto Josh se sentó junto a él. Rápidamente empezó a besarlo con lentitud y sensualidad cerca de sus labios, cosa que él también hizo. Esa era una de las cosas que Tyler amaba: esas sesiones de besos.

—¿Para qué te vestiste? Pensé que podríamos hacer algo hoy —empezó Tyler en voz ronca, comenzó a desabotonar la camisa de Josh, pero él lo detuvo.

—Voy a salir —dijo sobre los labios del menor, iba a darles una mordida cuando Tyler se separó.

—¿Adónde? —preguntó curioso.

Josh casi no salía. Solía quejarse de que nunca tenía tiempo, y cuando lo tenía sólo se quedaba en casa.

—No lo sé, con una amiga —respondió, volvió a levantarse del sofá y siguió abotonando su camisa.

Tyler frunció el ceño esta vez.

—¿Con quién?

Si Tyler no hubiera estado muy serio, pensó, seguramente estaría riendo por decir las mismas palabras que Josh le había dicho cuando iba a salir con Dallon.

RIOT VAN ; joshler TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora