Sólo son unos cuantos pensamientos que he escrito mientras miro el paisaje a mi alrededor, mientras siento la suave brisa rozando mi rostro, más que nada me gusta escribir cuando llueve... Sólo soy honesto cuando llueve.
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Hoy me tomé la libertad de escribirte una carta con las cosas que nunca te dije...
¿Miedo? ¿Temor? ¿Desilusión? ¿Dolor?
No lo sé, solo sé que entre cada letra escrita en esta hoja de papel está tu nombre, entre aquellos sentimientos que me mantuvieron atado y en silencio durante tanto tiempo.
¿Sabías que me encantaba tu sonrisa? Si, tu sonrisa, esa maravillosa sonrisa que no podía sacar de mi mente.
¿Sabías que me enloquecía tu cabello? Esa locura que te haría capaz de hacer cualquier cosa con tal de verte feliz.
En varias ocasiones estuve a punto de salir a buscarte, de tocar a tu puerta y abrazarte sin tener ni una sola razón para hacerlo.
No sabes cuántas veces imaginé una vida contigo, tanto que preparaba una vida para tí, una vida en la que encajaras perfectamente.
No sabes cuántas veces miré al cielo pidiendo por tí, para que te llenara de las más hermosas bendiciones y para que algún día encontraras a alguien que te hiciera muy feliz, alguien especial en tu vida que pudiera hacerte sonreír, alguien que te robara lágrimas de felicidad, alguien que al tomarte de la mano tomara tu vida y tu corazón, alguien que te regalara pequeños pero significativos detalles... Detalles que yo soñaba darte.
No sabes cuantas palabras dediqué a la almohada, imaginando, imaginando que eras tu.
No sabes cuántas veces escribí tu nombre en este cuaderno, la verdad ya perdí la cuenta.
No sabes cuantas horas me pasaba viendo tus fotografías, aquellas fotografías que pudieron ser nuestras.
Tantos sueños del corazón que me orillaron a escribirte a diario, tantos sentimientos que no me atrevía a expresar.
¿Sabías que te escribía más de mil mensajes? Miles y miles de mensajes, mensajes que hablaban de amor, mensajes que escribía con el corazón, mensajes que nunca te llegaron... Mensajes que nunca envié.
¿Sabías las veces en las que estuve a punto de llamarte por las noches? No para desearte dulces sueños como siempre, sólo, tan sólo para escuchar tu voz y decirte cuanto te extrañaba.
Nunca quise alejarme, créeme, nunca quise irme, solo quería que me siguieras... Pero eso nunca pasó.
¿Sabías que muchas veces sentía celos? Si, celos, celos que no daba a conocer, celos que llegué a sentir de tu suéter favorito, celos de tu almohada, celos que sentí cuando mi corazón comenzaba a comprenderte mucho mejor, incluso, mejor que a mí.
Tal vez nunca leas esta carta, tal vez nunca la recibas, tal vez nunca me atreva a enviarla, solo quería plasmar aquellas cosas que eran importantes, aquellas cosas que nunca me atreví a decir, aquellas cosas... Que nunca te dije.
