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Aburrida en mi puesto de trabajo, intento que pase el tiempo lo más rápido posible. Es de las pocas veces que el día no está para encerrarse o trabajar...

Sé que aunque sea la dueña, en algunos momentos solo he deseado dejar todo por un simple día y ser feliz, como todos los demás..

He intentado contactarme con mi primo, pero no logro encontrarlo, la tarde está gris y aún falta poco para abrir la cafetería.

En esos ratos largos o cortos de mi mirar, me topo con unos ojos femeninos... logro reconocerla, sin tener la necesidad de fijarme en su rostro y otra parte de su cuerpo.

Su mirada fija se asentúa cada vez que puede verme, está acompañada de un chico, un cliente regular de mi cafetería... Se acercan y ordenan dos cafés, expreso para él y para ella, un capuchino.

Recuerdo, como fué que conocí a la chica en cuestión, es una joven de ojos oscuros y cabello largo, color azabache... Llegó una noche con un grupo de amigos. Al principio intentaba apartar sus ojos de Verónica y mi primo; luego intercambiamos miradas y sentí caer en un gran abismo... Mi corazón palpitaba tan rápido que sentí desmayar. A decir verdad, cada vez que ella entra por esa puerta es lo mismo.

Mientras me retiro para preparar su pedido, se escuchan unos pequeños murmullos por parte de él...

Pasan unos cuantos minutos, cuando varias personas más, comienzan a entrar, bueno, creo que al final no estará aburrido... Matías mi primo, llega con Verónica para ayudarme como siempre.

- discúlpanos por la tardanza, pero el tráfico está un poco fuerte y ha comenzado a llover- me saluda de beso y abrazo.

- significa que tendremos una pequeña tarde ajetreada - respondo sonriendo-

Entran rápidamente al mostrador para atender a los clientes, le entrego los cafés a Verónica para que los llevara a la chica de ojos embrujados.

- toma- me entrega un papel Verónica -te lo envían

-la tomo sin entender- quién?

Alza los hombros y se retira rápidamente para continuar con sus labores. Ha pasado dos horas desde que Verónica me ha entregado la nota, no he podido saber que mensaje contiene, ya que con el torrencial aguacero, los clientes llegan a montón.

Al entregar el cambio a la pareja que se encontraban en la caja, un fuerte relámpago ilumina el lugar y se lleva consigo la luz, me muevo sigilosa en por el momento y le entrego un paquete de velas a Matías, mientras iba hasta el cuarto de "reblujo" para poder encender la pequeña planta.

Al llegar al cuarto, escucho que detrás de mí unos pequeños pasos, tratan de no pasar desapercibido... Unos pequeños suspiros, emanan de alguna parte.

Intento esconderme para no ser descubierta, al correrme hacia atrás, tropiezo con una pala, haciendo que está sonara estruendosamente.

- crees que haya alguien acá? - decía la voz femenina

- que yo sepa, nadie a bajado - responde en susurros la voz masculina

- pero Matías me dijo que...

-Matías, Matías, Matías! Ya no quiero más este juego, solo espero que ya te decidas con esta mujer

Una risa algo nerviosa y baja irrumpe el silencio que se había hecho forzadamente.

-Hey- decía la voz masculina- ten paciencia; ella llegará

-un suspiro de la fémina, me llamó la atención- sabes? No ha leído la nota, lo sé porque cada vez que saca la nota de su delantal, llegan nuevos clientes.

Aún no logro asociar la voz y el rostro, pero al menos sé que esa persona ha sido la dueña de la nota. Tomo con fuerza el  papel y por arte de magia, una luz que se encuentra en la parte de afuera ilumina el espacio, encontrándome nuevamente con la chica de ojos oscuros...

Como siempre, mi cuerpo no es capaz de obedecer, mi respiración se entre corta y siento como una pequeña capa de sudor llega a mi sien...

En cámara lenta veo que el acompañante de la chica habla algo que no logro comprender, encuentra la luz de la bodega y nos deja a solas, ella toma la iniciativa y se acerca lentamente a mi lado; sólo puedo verla y no salir de aquel abismo...

Sus labios dulces y aterciopelados, son mi único tanque de oxígeno, sus manos mis anclas, su sonrisa el infinito y su mirar... Esa es la que aún no puedo descifrar...

-Te preguntarás que hago aquí verdad? 

 se acerca un poco a mi lado agacha su rostro y juega con sus manos... Mi cuerpo aún es renuente a querer funcionar, intento emitir un sonido algo comprensible, pero veo que ella rápidamente toma mis manos y voltea a verme... cierra sus ojos, toma una gran bocanada de aire, haciendo que lo siguiente fuese como si estuviera viviendo un sueño...

sus labios con sabor a fresa, delicados... logran tomar suavemente los míos e inicia que mi corazón corra como un desbocado... su lengua pide permiso tímidamente a mi cavidad bucal para poder realizar esa danza antigua al momento de una intimidad espiritual... mis manos deliberadamente llegan a sus mejillas y nuca, tomando un poco más de posesión de su boca... mis sentidos se encuentran en una gran explosión...

mis papilas gustativas reconocen automáticamente los sabores de un buen café cargado y de la leche espumosa...

Con todas mis fuerzas rogaba porque pudiese al menos realizar algo sin que el miedo, la desconfianza y mi propio cuerpo, no jugase en mi contra.

En mi interior emerge una llama, esa a la que le dicen adrenalina... Mis manos toman sus mejillas delicadamente y mi lengua cambia el rumbo de la danza en nuestras lenguas, nuestras respiraciones comienzan a ser un poco más densas... Sé que necesitamos un poco de aire; pero como poder parar un beso tan deseado y anhelado de mi parte desde hace tanto?

Un gran estruendo hace que saltemos asustadas... El fluido eléctrico llega nuevamente al edificio... Noto su mirada, en sus labios una pequeña sonrisa algo nerviosa aparece...

Quedamos nuevamente en silencio... Esta vez me acerco para continuar con el beso roto, tomo sus manos y me acerco lentamente, esperando un cambio abrupto; o en su defensa una gran cachetada, todo lo contrario... Ahora nuestro beso es más delicado, lento y sentido... Sutilmente detrás de nosotras unas pisadas se escuchan, una sonrisa nos hace para, para ver quién se encontraba en ese lugar...

-Hasta que por fin diste el paso Catalina! - era Matías que se acercaba a nosotras

Le miró un poco raro, cuando veo que se acerca a la chica... Cómo demonios le conoce? Mi primo me ve y sonrie, me abraza súper fuerte.

-Ahora es momento de que tú también seas feliz primita...

Le miro algo nerviosa y recuerdo que en mi bolsillo derecho aún tenía la nota que Catalina me había enviado... Me separo un poco de él y noto que los dos me observan con una sonrisa... Catalina me hace señas para que salgamos del lugar...

Llegamos al bullicio de las personas, nos sentamos en la mesa en la que siempre llega a tomar su café, Verónica nos lleva dos cafés con una tajada de torta de chocolate para cada una...

- Disfruten chicas - se despide con una gran sonrisa...

Observo como ella solo sonríe y toma de mis manos, y recuerdo que me quedé con la nota en una de ellas; desdoblo un poco el trozo de papel... Para solo observar unas pocas líneas.

"Eres la casualidad más bonita, que ha llegado a mi vida"

Sonrió con ella, tomando un poco más fuerte sus manos... Y aunque un poco temerosa y nerviosa iniciamos una charla...

Ahora era yo la que estaba de este lado... Entre risas y palabras, con un café; al lado de una chica que ha robado mi corazón.

CUENTOS CORTOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora