Flora y Fauna

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Izuku no se atrevió a hablar en ningún momento mientras era arrastrado, tenía los labios apretados, dándole un aspecto gracioso, y evitaba mirar al chico delante de él. Iba dejando pétalos conforme caminaban, lamentaba que la linda corona de flores que Eri le había obsequiado ahora estaba destrozada, dejándole los restos enredados entre sus rizos 

No estaba seguro de lo que había pasado allá atrás, de la nada, mientras revisaba que todo estuviera en orden una red salió de entre las hojas secas en el suelo, y pronto aquél cazador llegó para quedarse mirando. Se sintió amenazado, aunque no se sentía en un real peligro, para nada, se trataba de algo mucho más suave y complicado, no tenía idea de qué era

—Cállate

No se dio cuenta del momento en el que comenzó a murmurar, exteriorizando sus pensamientos. Volvió a la realidad cuando Kacchan aferró su mano con más fuerza, haciéndole daño

—Ka-Kacchan...  —soltó como reclamo

—¿Qué fue eso de antes? —preguntó con rudeza, deteniendo su andar y haciendo que chocara con su espalda

No respondió rápido, pensó antes de decir algo, pero no llegó a ninguna conclusión convincente

—No parecía saber quien somos... —dijo—. Aunque... no dejaba de mirarme ¿Se habrá quedado paralizado y por eso nos dio ventaja?

—Deku —gruñó, haciendo que se sobresaltara por el tono molesto que usaba—. ¿Te hizo algo o no, imbécil?

El peliverde parpadeó un par de veces, con los ojos bien abiertos. Sonrió con cierta ternura, y simplemente negó con la cabeza mientras le daba un pequeño beso en la mejilla. Bakugo Katsuki rodó los ojos, sin rechazar el contacto. Siguieron caminando, con más calma y soltando sus manos

El bosque estaba tan tranquilo como siempre, mariposas revoloteaban por ahí, las abejas se detenían en las flores y los venados jovenes daban saltitos por todas partes. No siempre fue de esa manera, hace más de quince años aquel bosque era el refugio de la gente afectada por las atrocidades que el Rey Endeavor cometía casi a diario, desde saquear pueblos hasta destruirlos por completo. Entonces el caballero All Might y sus compañeros eran la única esperanza que la gente tenía, pero eran pocos guerreros a comparación del enorme ejército que Endeavor tenía a su disposición

El Rey terminó por destruir a todo aquel que no cumpliera con su palabra, que estuviera en desacuerdo con ella o que simplemente le parecía demasiado débil y prefería acabarle. Estaba obsesionado con el poder, desde siempre odiando a All Might por ser mucho mejor que él en todos los sentidos. La gente escondida en el bosque sufría penurias, una más dura que la anterior. Faltaba comida, el agua escaseaba, los animales huían y la flora del lugar se marchitaba, la tierra era seca, no llovía desde hace mucho tiempo. Las bestias del bosque eran una amenaza latente 

Fue entonces cuando la generación de Izuku y Katsuki dio lugar en su línea del tiempo 

El nacimiento de esos dos determinó la vida en el bosque, Izuku dando vida a la flora y Katsuki domando a la fauna. El verde se extendía hasta donde podían ver, las aguas comenzaron a salir limpias y las bestias no suponían verdadero un problema. Con los años comenzaba a expandirse, siendo un laberinto con vida y el mejor escondite para los aldeanos refugiados, todo gracias a los poderes de los niños recién nacidos en ese entonces

—Era un cazador muy curioso —comentó Izuku, cuando llevaban caminando un buen rato en silencio

Katsuki, detrás de él, gruñó de nuevo

—¿Por qué lo dices?

—Se veía... triste  

Bakugo se cruzó de brazos. Siempre era así, preocupado por todos y por todo

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