De lejos

Hielo

Cuando pudo ver la salida del bosque, el oso se detuvo. Todoroki continuó después de comprobar que no le seguiría, y salió de ahí cuando la luna ya estaba empezando a salir junto a sus estrellas. La bestia regresó por donde vino, y Shoto no pudo evitar pensar que ese oso no era el mismo que llegó pidiendo caricias a los habitantes del bosque. Muchas cosas rondaban por su cabeza, y sin querer se puso a contar mentalmente cuánto faltaba para que su padre regresara, satisfecho recordó que no llegaría hasta dentro de unas semanas

Nunca le había importado en lo más mínimo el bosque que quedaba cerca a su castillo, quizás sólo cuando se refugiaba entre la vegetación para escapar de su padre. Cuando Endeavor le encomendó esas tierras las tomó sin interés, pero ahora el saber que no eran realmente suyas y que ahí dentro había algo más, le hacía latir el corazón como loco. ¿Y para qué negarlo? Ese chico de cabellos verdes lo había cautivado desde el primer momento

Ahora que lo pensaba, no le preguntó su nombre, se quiso dar una bofetada a sí mismo al caer en cuenta. Se escabulló entre los jardines para llegar hasta su habitación pensando en lo tonto que había sido, y fantaseando un poco sobre poder pasar el día siguiente con el ángel, sólo ellos dos

{De lejos}

Eri pudo divisar a lo lejos las siluetas de Izuku y Katsuki, sonriendo alegre al verlos con bien. Sin poder evitarlo se lanzó a los brazos del peliverde, lloriqueando un poco por el alivio. Kouta, por su parte, se aferró a su pierna con la gorra tapándole el rostro, pues lloraba igual que Eri y no quería ser descubierto

Katsuki rodó los ojos al verlos de esa manera, soltando un bufido. Seguía molesto por lo del doble cara, no podía esperar a que el oso regresara con la noticia de haber llevado al forastero lejos del bosque. Aunque mañana regresaría, ese pensamiento hizo que le dieran ganas de golpear algo

—Estoy bien, no se preocupen por mi —les dijo Izuku a ambos niños 

—Pero aún estás frío —dijo Eri, preocupada por completo

Esas palabras, dichas con inocente angustia, hizo que el humor de Bakugo se pusiera peor. Con notable irritación y cierta rabia, se quitó la capa, lanzándosela sin delicadeza alguna a Izuku

Midoriya sintió el peso de la piel de león de fuego sobre él, hace un rato apenas y le quitaba el frío, sin embargo, ahora una inmensa ola de calidez recorrió todo su cuerpo con ese pequeño gesto de su parte. Dejó a Eri en el suelo y se acomodó la capa apropiadamente, sintiendo su mejillas arder sin poder dejar de sonreír como tonto

A los pequeños no se les ocurrió preguntar qué había pasado, de cierta manera, el saber que Izuku estaba bien era más que suficiente para ellos

—Será mejor regresar... —empezó él, y se puso a la altura de ambos—. Prometan que no dirán nada de lo que pasó ¿De acuerdo? Si All Might se entera, probablemente se preocupe muchísimo...

Eri miró a Kouta, que a su vez reflejaba resolución sin dejar de mirar las esmeraldas del mayor

—Lo prometemos—dijo. Eri asintió siguiendo su ejemplo

Izuku les revolvió el cabello con ternura, poniéndose de pie. No quería admitirlo, pero antes de llevar la capa disimulaba sus temblores para que Katsuki no se enojara más de lo que ya estaba. Comenzaron a caminar, él aferrando la prenda con una sonrisa que demostraba todo el cariño que sentía hacia cierto rubio 

No hace falta decir que a Katsuki le parecía una acción demasiada vergonzosa, en el fondo agradecía que Deku lo conociera tan bien como para no decir nada al respecto