El príncipe

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Shoto regresó ese día al castillo por la tarde, pasando por los jardines frontales mientras escuchaba a sus hermanos jugar. Su padre no estaba, y eso le daba oportunidad de salir cuantas veces quisiera

—¡Majestad!

Se detuvo, mirando con indiferencia al líder de caballeros de su propia armada personal. Iida Tenya, hermano menor de Iida Tensei, caballero real, el mejor de todos

—¿Qué sucede?

—Llegó esto por la tarde —anunció, extendiéndole una carta sellada. Era el sello de su padre

—Déjala en el buzón, no me interesa  

Iida hizo una mueca de preocupación, pero haciendo gala de su obediencia acató las instrucciones

—De acuerdo

—De hecho...

El caballero se detuvo, mirando a su señor de nuevo esperando la orden siguiente

—¿Su Majestad?

—Llévala lejos, puedes correr hasta el pueblo ¿No es así?  

Inexplicablemente, en la generación de Shouto habían nacido muchos niños con toda clase de poderes, singularidades bastante interesantes que hacían todo mucho más fácil. Tenya, por ejemplo, tenía unas piernas tan fuertes que era capaz de correr lo que todos sus caballos juntos. Su padre, el Rey, resguardó a cada niño con singularidad que había en su pueblo y reinos vecinos, serían una gran ayuda según él

—¿Puedo preguntar para qué, mi señor?

Todoroki no lo miró, se dio la vuelta y siguió caminando

—No es de tu incumbencia

Tenya suspiró, sin embargo, no cuestionaría a Shoto

—Por su puesto, mis disculpas —al no recibir respuesta, se marchó 

No era sorpresa para nadie que el heredero rechazara totalmente a su padre. Desde que la reina no salía de la torre oeste había presentado una actitud seria y enfocada a sus ideales, sin importarle nada más. Era bien sabido además que prefería estar lejos de sus responsabilidades como príncipe, dedicándose a pasar el rato en el bosque cazando, aunque nadie sabía que realmente no lo hacía siempre, a veces se limitaba a dormir en la tranquilidad que la vegetación le ofrecía

Siempre pensó que algo, o más bien alguien, le dedicaba muchísima energía a ese bosque de alguna manera. Las hojas estaban siempre verdes, las flores rebosantes de vida y siempre encontraba hierbas medicinales cuando más las necesitaba. Los animales eran pacíficos en su mayoría, pero también muy listos, no era novedad que regresara al castillo con las manos vacías. Pensó entonces en el par que vio más temprano, y sin pensarlo mucho llegó a la conclusión de que ellos tenían algo que ver

Entró y caminó por el castillo, manteniendo siempre una postura perfecta y dando pasos seguros. Evitó a toda costa el ala donde se quedaban los invitados del reino, quienes por alguna razón estaban de visita a pesar de que su padre no estaba

Se encerró en su enorme alcoba y no salió hasta el día siguiente


{De lejos}


—¿Piensas salir de nuevo?

Izuku se sobresaltó al ser descubierto mientras se abría paso entre los arbustos que daban lugar a un camino escondido. Por ahí lograba escaparse de todos, de todos menos de una persona

De lejosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora