Cap 5. Amor psicopata

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"Extraño tu dulce piel con sabor a fresas, tus labios con sabor a cerezas, tus lágrimas saladas y tus gritos de desesperación y agonía que despiertan a mi bestia interior que desea tomarte y explorarte cada vez más".

"Tu querido psicópata"


La clase había comenzado y ya se me estaba haciendo demasiado densa. Si siguiera en Boston no hubiera asistido a la clase, de hecho nunca asistía a las clases de Matemática, se me hace muy aburrido el hecho de cómo lo enseñan los profesores, por eso mismo comencé a estudiarla por mi cuenta, me ayudaba a matar tiempo.

Lo mismo hice con las demás asignaturas, las estudiaba por mi cuenta cuando me encontraba en la casa sin hacer nada o mayor mente cuando se encontraban aquellos dos en la casa discutiendo y para no escucharlos me ponía mis audífonos y estudiaba. Debido a esto siempre he estado más avanzada que mis cursos y me ha llevado a tener demasiados problemas con los profesores. porque los corregía o porque me acusaban de haber hecho trampa en los exámenes.

Obviamente siempre terminaba ganando aquellas batallas con los profesores y me terminaban pidiendo disculpas, Ahora que lo pienso en aquel instituto no era muy querida por los profesores.

Pero no estudiaba únicamente para matar tiempo, lo hacía para tener un futuro lejos del agugero en el que me encontraba, siempre me esforcé y siempre logre mis metas.

Puede que haya pasado por etapas demasiadas oscuras, que me relacionaba y aun me siga relacionando con aquellas personas que quien los vea piensen que no tienen futuro y que terminaré igual que ellos. Pero como saben, es más fácil criticar que conocer o ponerse en el lugar de aquella persona.

Aunque me haya metido en aquel mundo nunca fue mi intención quedarme en el para siempre, sino que deseaba avanzar.

Por un momento preste atención a lo que el profesor se encontraba explicando y note como se había equivocado al explicar un punto vital para resolver aquella ecuación. No quiero llamar la atención en mi primer día de clases, pero si no lo hago perjudicara a los que sí les interesa pasar esta materia.

— Disculpe — lo interrumpí respetuosamente, el profesor detuvo su explicación y el aula se sumió en un profundo silencio y todos se giraron a verme.

— Si, señorita... — El profesor me observa como esperando a que se le venga mi nombre a la mente — ¿Usted es una nueva estudiante?

— Si, me llamo Sarah Evans — dije tranquila, sin dejar que la mirada de todos me intimidaran.

— Bueno entonces señorita Evans, ¿Que es tan importante para interrumpir mi clase.? — Me pregunta con el ceño fruncido, esperando una respuesta de mi parte.

— El tema es que se ha equivocado en algo de lo que se encuentra explicando — todos comenzaron a murmurar, pero hay una mirada que siento más intensa que las demás.

— A ¿Sí? Entonces porque no viene usted misma aquí al frente a y nos explica a toda la clase en que me he equivocado ya que se encuentra tan segura — Dijo frío, se notaba a simple vista lo furioso que estaba y que esperaba a que yo me equivoque para avergonzarme frente a todos.

— No hay ningún problema — Le sonreí con sarcasmo, me levanté de mi asiento y me dirigí hacia el profesor, tome la tiza que me estaba extendiendo. Mire la ecuación — Primero que nada Profesor aquí va menos — le dije mientras borraba el más que había ubicado erróneamente — ¿Por casualidad le han enseñado la regla de los signos? porque en ella se especifica claramente que menos por más es menos, es algo básico — le dije divertida, su cara se encuentra distorsionada y me gire para comenzar a escribir en el pizarra — y segundo para sumar enteros positivos con negativos, se restan sus valores y al resultado se le escribe el signo del que tenga mayor valor. Para sumar enteros negativos, se suman sus valores y al resultado se le escribe el signo menos. Esto es suma y resta de números negativos no lo que usted ha explicado — una vez que termine mi explicación me gire para verle la cara ya que se encontraba demasiado callado y al hacerlo me reí interiormente al ver su cara, amaba cerrarle la boca a charlatanes. Mire a mis nuevos compañeros y todos se encontraban en silencio, supongo que lo entendieron, porque lo he explicado tan sencillamente que hasta un niño de cinco años lo entendería — Básicamente se había equivocado en aquellos dos puntos esenciales para la comprensión de este tema — le dije mientras dejaba la tiza sobre su escritorio y me sacudía las manos, él no decía nada, al parecer el gato le comió la lengua. Se aclaró la garganta y me respondió.

La Vida es Un sin Fin de Desiluciones [Editando] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora