Marciana

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Ese día unas mariposas revoloteaban en la oscura cabellera de ideas peinadas de aquella nena perdida y triste.

Pero cerro el corazón y abrió los ojos. Se dejo guiar por sus dedos frágiles; éstos pasearon por la inocente gata, luego se posaron en la caja de maravillas.
Así le llamaba esa nena despeinada, la caja de maravillas era una caja destartalada donde guardaba sus artefactos del ámbito artístico.

Una pared asquerosamente blanca le chillaba molestándola, entonces tomo sus pinturas y decidió llenarla de desordenes. Porque es mejor un gran caos que la tristísima y blanca nada.

Esa noche quemó algunas cosas en el jardín, quemó ramitas, notas tontas y algunas angustias insignificantes. Besó la tierra con pasión, le cantó canciones de cuna a la luna, arrulló a las flores, se rió con las estrellas, hasta que el sol se presento insolentemente quemando todo su edén y regresandola a su monotona muerte.

Esa nena desastrosa, de día es suicidada por la sociedad y mancha las paredes de su reprimida esencia, pero de noche su naturaleza es libre y generosa. Visítela de noche, donde su alma se dispone a liberarse y su corazon se encuentra abierto a lo más puro y a lo más sucio del demente mundo.

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⏰ Última actualización: Oct 28, 2017 ⏰

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