Nieve Roja (Saga La Canción De Los Árboles)

Capítulo 3: Mentiras

-Deben saber su verdadera historia y completa.- Ya todos estaban reunidos alrededor de una mesa de Roble. -Bueno... por donde comienzo.

《En el futuro, unos científicos hicieron un experimento.

Secuestraron a jóvenes de diferentes lugares del mundo y les hicieron pruebas. Fueron horribles y duras, y sólo unos cuantos sobrevivieron.
A estos les inyectaron Polvo de Estrellas. 

Nosotros no sabemos como, pero los Primeros Inyectados, como los  llamamos, se trasladaron lejos de su mundo. Escaparon a un pasado remoto, en un tiempo en el que ni siquiera ellos existían.
Allí, los P.I. se fueron reproduciendo, y cada descendiente  nació con diferentes poderes.
Hubieron también un grupo todavía más reducido, que, además de inyectarles Polvo de Estrellas, les inyectaron Polvo de Luna.
Sus padres eran descendientes de este pequeño grupo, al igual que ustedes, por eso son tan importantes.

La mayoría de los descendientes de los inyectados pasan su infancia en El Refugio, un lugar para resguardarnos,  porque cada tanto, viajan cazadores de recompensas desde el futuro, tratando de secuestrar a alguno de nosotros para terminar el experimento.
La razón por la que he venido a buscarlos personalmente es que son demasiado importantes, y corren el riesgo de ser atacados. Sus padres no les contaron de la existencia de todo esto para cuidarlos.

Cada inyectado tiene diferentes poderes y en El Refugio tenemos una sala de entrenamiento para sacar a la luz sus especialidades. El Refugio se divide en cinco campamentos:

Ignis
Caeli
Aqua
Silva y
Montis.

Cuando lleguemos a una de las entradas, ustedes pasarán una prueba, y según para donde se inclinen sus poderes, serán clasificados.
Tengan en cuenta que se lo más seguro es que se separen.

De vez en cuando, sale un grupo de expedición para hacer las compras y vigilar que nada esté fuera de control.》-Nos miró, esperando comentarios. Me fijé, todavía procesando la información, que llevaba un cinturón de armas. Llevaba una daga de plata, con mango de Marfil. No tenía ni idea de como lo sabía, pero lo sabía. También sabía que esa arma irradiaba un poder especial, y tenía pinta de estar muy conectada con su dueña. Miré a mis hermanos y me enteré por sus expresiones que ya habían notado la daga. América nos miró, pegándose en le frente.
-Ah, me olvidaba. Todos los Inyectados tenemos ciertas intuiciones en común, como saber sobre armas. También se les entregará, después de las pruebas, la mejor arma para ustedes. Ahora que ya saben todo, tendríamos que ayudarnos, si no queremos llegar tarde al almuerzo. Además, escuché que hoy harán pizza. -Sus ojos brillaron, pero sólo un instante. Acto seguido masculló algo acerca de que el profesor Valderas la castigará por llegar tarde a la clase de Latín.

-Aún no sabemos como murieron nuestros padres. Nos dijeron que había sido un accidente de automóvil, pero no les creímos.- Observó Tom.

-Eso se los explicará el Direc Vives.

Dicho esto, se marchó de la biblioteca, sin mirar siquiera para atrás a ver si la seguían. Nos apuramos a seguirla. Pasamos enfrente de Secretaría, pero las secretarias no nos miraron siquiera. Llegamos a las puertas de la institución, y las cruzamos sin saber que ésa sería la última vez en mucho tiempo que no cruzáramos las viejas puertas oxidadas de la escuela.