Capítulo 5: La Prueba.

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                        Phoebe

  En el momento en que traspasé la línea de los Árboles, supe que algo había cambiado.
El olor a sal marina y playa llenaba mi nariz. Me descalcé y apoyé los pies desnudos en la caliente arena.

  A lo lejos, se alcanzaba a divisar la sombra de las montañas. Agradecía, a diferencia del horario en donde había estado antes. Me acerqué al agua y sumergí  los pies.

Comencé a caminar a lo largo de la playa.
Pensé que todo esto me estaba resultando muy natural. Estaba muy calmada. Mi corazón latía al ritmo de las olas que chocaban en la arena. El canto de los pájaros se sumó al sonido de las olas.

De golpe, choqué contra algo. Algo duro y rasposo, pero no veía nada. Todo a mi alrededor se empezó a nublar. Entonces pude ver el causante de un posible moratón en mi nariz. Era un árbol. Para ser exactas, un Roble. Todo en él parecía reclamame a gritos (silenciosos), un poco de atención al caminar, desde su posición inclinada hasta el batir amenazante de sus hojas al viento.

Pero ya no estaba en el mismo lugar de antes. No estaba en la playa. Ahora estaba inmersa en un espeso bosque.

Ahora todo era silencio.

Seguí caminando por entre los árboles, puesto que no había un sendero. Aspiré el olor a eucalipto, la frescura del lugar.

Una ardilla pasó corriendo a toda velocidad entre los árboles. A unos cinco metros, se detuvo a observarme.

Al acercarme a la ardilla, tropecé con una raíz. Me golpee con una rama, y un frescor recorrió mi cráneo. Llevé mi mano a mi cabeza y tantee una sustancia fría y sinuosa. Nieve.
 
Por tercera vez, había cambiado de escenario.
Ahora estaba en medio de un inhóspito campo de nieve. No sentía frío y me detuve a mirar a mi alrededor. La nada más pura me rodeaba.

A lo lejos, divise una línea oscura. Comencé a caminar hacia allí, hasta que pude identificarlo. Era un trineo, tirado por seis perros y se dirigía hacia mí. Cuando llegó a mi lado, observé que no traía a nadie. Los únicos seres vivientes allí éramos yo, y los 6 perros. Me subí al trineo, y los perros empezaron a correr. El viento me azotaba la cara y la ropa. Cerré los ojos, y me sentí un pájaro. Entonces, dejé de sentir el trineo bajo mis pies. Abrí los ojos, imaginando lo que podría ver. Y no me lo esperé.

No tenía piernas. Miré hacia abajo, y lo que vi fue precioso. Vi montes verdes, bosques, lagunas y animales. Todo a unos 50 metros de altura. 

Era libre. Y se sentía bien. Mas que bien, absolutamente hermoso.

Pero la felicidad duró poco.

Me posé en un terreno árido. Todo era marrón y seco, lleno de arbustos pinchosos. El viento silvaba en mis oídos, y me di cuenta de que había retomado mi forma original.

Un olor a quemado llegó a mis fosas nasales. Una serie de crujidos llenó mis oídos. En el pie del cerro, había fuego.

Las llamas rodeaban la montaña en la que yo estaba, y no había  escapatoria. El fuego, con una velocidad imoresionante, llegó  a la cima.

Me preparé para el dolor, pero ni siquiera sentí calor. Lo único que percibí fué un ligero cosquilleo allí donde las llamas me lamían. Poco a poco, el fuego fue ocupando todo mi campo visual. Miré adelante, y vi un ligero defecto.

Me pasé la mano por los ojos, para ver si se me había metido algo. Pero no.

Toqué la mancha borrosa y me absorbió.

Me encontré de culo sobre un pastito. Miré hacia atrás, y vi una barrera de árboles. Y entonces comprendí que estaba del otro lado del Álamo grande. Sólo que esta vez sí podía ver más allá. Más allá estaba la ruta, y vi a América, ahora parada, mirándome con una sonrisa. Se acercó a mi, y traspasó la barrera, como si fuera sólo una proyección. Me ofreció su mano, y me levanté.

- Phoebe, él es Camilo. - Dijo, dirigiendo la vista hacia un chico que se acercaba.  Me sentía incapaz de pronunciar palabra y lo único que me salió, fue un leve gruñido.

Volví a mirar para atrás, y a pesar de que el otro lado estuviera a tan sólo 4 metros, lo sentía lejos, como si fuera otra dimensión.

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⏰ Última actualización: Jul 23, 2018 ⏰

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Nieve Roja (Saga La Canción De Los Árboles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora