Nieve Roja (Saga La Canción De Los Árboles)

Capítulo 4: La entrada.

Phoebe

Caminamos por las desiertas aceras, al rayo del sol.

Después de lo que pareció media hora, topamos con una hilera de Pinos, Robles y Álamos, todos alineados perfectamente.
Estaban secos, machitos y sin ojas, nada llamativo. En el centro, un Álamo, mucho más ancho que los demás.

A nuestro alrededor crecía una niebla, como ramas fantasmas que nacían de los Árboles. Cuando paró de crecer, ya no veíamos nuestros pies.

América observaba todo como si fuera lo más normal de lo normal. De pronto, cerró los ojos.

Comenzó a sonar un tintineo. Un ruido suave, musical, parecido al de las aucarinas. El sonido de las hojas de los árboles al viento también participaba, aunque no corría brisa alguna.

América empezó a silbar la melodía.
De golpe, sonido alguno desapareció.
América dejó de silbar y abrió los ojos.

-Esta es la entrada.

》Esta chica tiene problemas de comprensión.《-Pensé.

Al ver nuestras caras, continuó.

-Esta es la entrada al Refugio. Donde pasarán la prueba. Alex, tu primero. Debes pasar por entre el Álamo y el Roble más grandes. Después, tú te manejarás solo.

Alex avanzó asta posarse frente a los árboles correspondientes. Dudó un segundo... Y pasó. Las ramas, las ojas y la niebla se ocuparon de ocultarlo.

Luego de media hora, América hizo pasar a Tom.

Otros treinta minutos y por fin me habló.

- ¿Sabes? Creo que terminarás en mi grupo.
Sé que estos años han sido duros para ustedes... pero por fin tienen un hogar.

-¿Por qué no nos trajeron desde el principio? ¿por qué tuvimos que vivir con nuestros abuelos?- Me senté en una raíz que sobresalía del suelo.

-Fué una época dura. Una época en la que era más seguro estar dispersos y escondidos. Después todo fue volviendo a la normalidad... por ahora.

-¿Por ahora?

-Por ahora. Ahora... ve. Yo iré detrás.

Me levanté de la raíz en la cual me había sentado, y avancé, cada segundo más segura de lo que hacía, al tiempo que algo cambiaba en mi interior.