Tras mi herida de guerra, ok, ok, solo una bala, en mi pecho, muy cerca del corazón y pulmones, me quede hospitalizado una semana en el hospital, aunque la doctora dice que fue mucho tiempo para un disparo que no tuvo consecuencias, y una enferma dice que es muy poco tiempo que una bala es algo de mayor preocupación, pero según yo ya estoy bien, y según mi cuerpo ya extraña mi cama... y es que bueno, aquí en el hospital mizu no me puede acompañar en la noche, básicamente mi cama no es cómoda por que no duermo a su lado, si, lo sé, esto sera un problema cada vez que no podamos estar juntos o exista alguna visita que nos impida dormir juntos.
-bueno, solo hace falta llenar unos papeles y te daremos de alta, ya puedes irte cambiando- empezó a caminar cuando se frenó en seco, y volteo a vernos- dije que se puede empezar a cambiar, usted señorita no tendría que estar aquí, no me importa su tipo de relación que tengas, sé que no son hermanos así que con ello, es más que suficiente para pedirle que no esté aquí mientras se desnuda, además... capaz y te lo quito-
-jajajajajaja- rio tan fingidamente- eso ni en sueños-
-oigan- dije
-mande- contestaron ambas
-me harían el enorme favor de dejar que me cambie, para ya poderme ir de este sitio tan deplorable, tan aburrido, ya me arte de estar aquí encerrado-
Si ya estaba harto realmente no sé cómo hay gente que pasa tanto tiempo aquí sin volverse loco, a la hora de tener conciencia, me di cuenta de que ya me había hartado, que no quería estar aquí, que quería estar cómodamente en mi casa, pero no, aquí estaba,, encerado como ave, sin libertad, privada de poder volar, libremente por el cielo, aunque en mi caso era caminar, no se volar no lo he intentado, pero en vista de lo aburrido que son los hospitales, mejor no lo intentamos, no, no.
La doctora salió, y detrás de ella, mizu salió, aunque claramente antes me dio un beso, realmente no sé si la doctora hablaba enserio o solo estaba bromeando, me cambie, y me dije adiós cuarto moribundo, es hora de partir, no eres tú, no la verdad si eres tú, no lo tomes personal es solo que es aburrido estar aquí son nada interesante hacer.
Antes de salir del hospital, de echo en lo que llegaba la doctora y mizu, entro alguien más a la habitación, era una visita inesperada, y un tanto odiada por mí, ya que fue ella quien hizo de mizu lo que hoy es, y no sé por qué tenía la corazonada de que ella fue la que me disparo, he intento matar con ello, en realidad, tenía algo de miedo, pero no podía mostrarlo quería sacar a mizu de su vida, debía sacarla de ahí, quería protegerla sin importar que o como, por ello, decidí enfrentarme a su jefa, pero ella agarro y se me anticipo.
-ouu, que lastima, veo que sigues vivo niño- digo
-lo lamento tanto, no suelo decepcionar señoritas, en verdad lo siento- respondí
-no sueles decepcionarlas, pero cuéntame entonces...como se le llama a lo que le hiciste a la pobre de Natalia Salazar?- rio
-me parece que eso a ti no te importa, mejor dime a que viniste- dije, trate de cambiar el tema
-que te hace pensar que no vine a terminar el trabajo?- con cada palabra que dice la odio mas
-fácil, ya estaría muerto de ser así- respondí burlonamente
-chistosito, en fin, escucha con atención, no te divertirás tanto a este paso, esta vez fue una bala, la próxima podría ser todo un cartucho o que se yo- su voz cambio por completo- sé que estas de vacaciones, así que el próximo fin de semana, te buscare y espero que pienses bien lo que me dirás-
-y que me preguntaras?- respondí
-lo sabrás en su momento- se marchó así como llego
Al salir del cuarto cada parte de mi grito desde lo más profundo de mí ser ¡¡¡¡libertad!!!! por fin ya era hora una semana aquí encerrado, en fin debía resolver lo de Nat, por ahí empezaría. Al salir a recepción vi a mizu estaba ahí tan linda como siempre, al verme me abrazo y nos fuimos, nos acercamos al auto y cuando me puse a buscar las llaves de este, no las encontré, empecé a pensar como llego el auto aquí, así que me di cuenta de que ella tenía las llaves de mi auto. Y después de ver lo que paso en el centro, no le confiaría del todo mi auto. Durante todo el camino todo el camino estuvimos hablando de varias cosas, cosas tan simples en ocasiones, era fascinante ver como evadíamos el tema de la bala y el hoyo en mi pecho. Cuando estábamos llegando le dije que tenía que hablar con Nat, ella no dijo más que un ok.
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Aoi Tenshi
Randomla belleza fruta prohibida de la vida, amor de amores, tiene un alto precio, y no elegir correctamente a tu pareja trae demasiadas consecuencias negativas, pues en dos meses, cambie de novia mi vida se volvió muy violenta e inesperada, ademas mi fam...