Capítulo 22

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Sus ojos estaban llorosos y sus manos manchadas por aquel conocido liquido rojo, no sabía si sentir culpa o satisfacción, sabía que había cometido un grave error pero ¿Esto valdría un poco la pena? Sus ojos recorrieron la habitación, la escena se repetía una y otra vez en su cabeza.

Entró a la casa sin que algún vecino se diera cuenta, sus botas militares no hacían ruido alguno. Sus manos temblaban y en su mente se repetía el plan para no cometer ni un solo error o sería su perdición. 

Miró la sala y un escalofrío recorrió su espalda varios recuerdos venían a su mente los cuales no dejaría que le afectarán. Subió las escaleras, escalón por escalón sin hacer algún ruido al llegar al último verificó el pasillo, todas las puertas estaban cerradas así que dió el último paso para estar completamente sobre la alfombra roja del pasillo. Escucho ruidos en la tercera habitación y comenzó su andar, observó la puerta blanca, suspiró y entró, no había alguien se maldijo un segundo antes de escuchar ruido en el baño "El baño no es un buen lugar para matarla si es que se pone difícil." Pensó, el ruido de la regadera paro y entonces salió rápidamente esperando a que aquella mujer terminara de vestirse, la esperaría en la planta baja exactamente en la sala o cocina.

Pasaron 30 minutos y la pelirosa hizo presencia en la sala.

¿Cómo entraste?

Eso es algo que a ti no te importa —se levantó y caminó hasta ella— Si estoy aquí es por algo.

¿Qué quieres?  No tengo tiempo para juegos.

¿Qué te hace creer que esto es un juego?  Iré directo a punto —aclaró su garganta— Deja en paz a Michael, dejalo ser feliz y tú lárgate con James.

¿Por qué lo haría? James no me da lo que quiero y lo sabes.

Tú solo quieres el dinero de Michael —rápidamente sacó aquella navaja que Ashton tenía en su closet y la ubico en el cuello de la chica— Déjanos en paz, te lo advierto Crystal Leight.

Y si no quiero ¿Que? ¿Vas a matarme?

—¿Te impresionaria si te digo que lo haré? —enterró un poco más el objeto afilado en ella.

¡Oh vamos! Ambos sabemos que no eres capaz de eso.

La mirada azul de Crystal se combinó con aquella mirada café, su acompañante sonrió desafiante y de un movimiento apuñaló a Crystal en su abdomen, quien de inmediato cayó al suelo.

Nunca me subestimes, te dije que lo ibas a pagar.

Miraba el cuerpo de Crystal frente a sus pies, sabía que seguía viva por que se había encargado de no dañar ninguna parte vital, no la quería matar solo asustarla y hacerle saber que no estaba jugando respecto a que dejara a Michael en paz. Tomó su celular e hizo un pequeña llamada, mientras esperaba su mente se perdía en sus pensamientos.

¿Dónde estás? —la voz del otro lado de la línea hizo que regresara a la realidad.

— Lo hice.

¿Qué hiciste? —cuestionó extrañado

— Casi acabar con los problemas de Michael.

¿De qué mierda estás habla...

Terminó la llamada y guardo su teléfono en la bolsa de su jean negro. Se puso en cuclillas y tomó la cabeza de Crystal.

—Tú me obligaste a hacerlo —lloriqueo— Fuiste una maldita perra con Michael, con mis amigos y conmigo. 

Secret love -Muke Clemmings-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora