Capítulo 23

31 2 0
                                    

— Crystal está en coma —comentó el teñido— Tengo que llamar a su madre para que vaya a cuidarla.

— ¿Qué le hiciste? —preguntó Calum abrazando a la castaña— Sea lo que sea estuvo muy bien —susurró— Felicidades amor.

— Escuche eso —interrumpió el rizado— ¿Podrías dejar de felicitarla? —regañó— No estuvo bien lo que hizo.

— De todos modos estuvo bien —se encogió de hombros— No la podrán atrapar, Crystal no esta despierta.

— Imbécil —rodó los ojos.

— Me amas.

— Nunca, estúpido asiático. 

Michael los miraba divertido, siempre era la misma situación con Ashton y Calum peleando por cualquier estupidez. Llamó a la madre de Crystal quien sorpresivamente acababa  de llegar a Los Angeles.

El rubio estaba en su habitación sus pensamientos lo volvían loco tratando de entender lo que había pasado en los últimos días. 

Pasaba sus manos por su cabello, estaba frustrado sus razones debía tener pero sabía que una de ellas era Michael.

— ¿Podemos hablar? —el teñido entró irrumpiendo en los pensamientos del rubio— Lo siento ¿Te asuste?

— No —contestó evitando mirarlo— Dime, ¿Qué pasa? —el teñido se sentó a su lado y se removió incómodo.

— ¿Podemos volver a intentarlo? —las palabras del teñido sorprendieron al ojiazul— Sé que las cosas han sido un tanto extrañas pero creo que...

— No Michael —interrumpió al ojiverde— Me refiero a que antes que nada tengo muchas cosas que decir —se apresuró en decir cuando observo la mirada asustada de su acompañante— Siendo sincero aun no me siento completamente listo —suspiró— He llorado demasiado y...

— Lo entiendo —sonrió tristemente— Puedo esperar por tí.

— Tengo algo que decirte —jugó con los anillos en sus manos— Me haz roto el corazón en miles de formas que realmente nunca creí fuera posible, pero lo hiciste —miró al ojiverde bajar su cabeza con culpa— Y no es tu culpa, las cosas pasan por algo y lo sabes, tal vez esto me ayudó a darme  cuenta de mis errores y lo que tengo que cambiar, yo...

— Yo he cometido mas errores que tú, he sido un mala persona.

— Te odie demasiado —ignoró las palabras del teñido— No tienes idea de lo mucho que lo hice y lo peor es que realmente no te estaba odiando a tí, estaba odiando no poder odiarte, estaba odiando el hecho de lo mucho que te amo —su voz se quebró y por milésima vez en el año sus lágrimas cayeron— No tienes idea de cuantas noches llore por ti pensando en por que no fui suficiente, no tienes idea de cuántas canciones te dedique, cuántas veces te maldije, cuántas veces desee no haberte conocido, cuántas veces traté de olvidarte. Me hiciste mierda Michael —lo miró con sus mejillas mojadas— Me hiciste creer que era alguien a quien podrías reemplazar fácilmente, perdí la cuenta de cuantas veces me sentí así —pausó— Todas esas noches estuve recordando cada beso, cada palabra que me decías, cada maldita caricia, cada broma, recordé el sabor de tus labios y su suavidad, el brillo de tus ojos cuando me veías llegar después de no vernos por días, recordé el sonido de tu estúpida risa y tu sonrisa cuando me veías. 

— Luke...

— Recordé cuando eramos unos niños jugando a saber que era amor cuando no sabíamos nada, recordé todo lo que pasamos y no quiero que lo veas como una forma de hacerme daño por que no lo fue —limpió su nariz con su playera— ¿Sabes? Me envolví en esos recuerdos, en el momento en que acepte que estaba enamorado de ti, el momento en que me tocaste por primera vez y como me ponía nervioso por la misma razón —tomó la cara del teñido entre sus manos y lo obligó a verlo a los ojos— ¿Te das cuenta? Siempre has sido tú, siempre serás tú.

— Te amo —se acercó al rubio— Con toda mi alma.

— Te amo, siempre.

Se sentía diferente y no sabía la razón, tal vez era por qué por fin después de largos meses pudo decir todo al fin pudo liberarse y decir  lo que sentía.

Miró a su pecho y al teñido que dormía plácidamente en él, sonrió inconsciente y acarició el cabello de su amado.

Sus ojos comenzaron a picar y no sabía la razón, tal vez estaba feliz o de nuevo se sentía triste. La sensación era extraña porque su corazón latía rápido cuando miraba al hombre en su pecho pero al mismo tiempo podía sentir como un dolor en su corazón se hacía presente y sus ojos se llenaban de lágrimas por qué dolía de sobremanera.

— De nuevo estás llorando —el teñido irrumpió sus pensamientos— ¿Es por mí de nuevo?

— Quiero saber... Necesito saber cómo te sientes.

— Luke — levantó su cabeza del pecho de su compañero— No importa como me siento, solo importas tú.

— No Michael —lo miró con sus mejillas mojadas por el llanto— Necesito saberlo, quiero que me digas todo así como yo lo hice —el teñido asintió y suspiró resignado.

— Me siento como la peor persona del mundo, no debí hacerte daño, no debí alejarme nunca de tu lado —suspiro pensando en cómo seguir sin perder la cabeza— Si lo pienso parece que toda la vida jugué con tus sentimientos, tú no merecías eso, no mereces llorar cada noche por alguien que evidentemente no vale la pena.

— Si vales la pena.

— No lo hago, es una mierda todo esto, por qué siento que podría darte esa relación que te mereces, que podría darte el amor que mereces, sé que puedo darte lo que sea pero no lo hago y no entiendo la razón —aguantó la respiración para después soltar el aire contenido— Estoy cansado de esto, estoy cansado de sentirme así, quiero ser el hombre que mereces, ese caballero de brillante armadura que haría todo por ti, quiero ser... —el rubio observó como el teñido se dejaba caer emocionalmente y lo abrazó— Quiero ser demasiadas cosas pero es como si algo me lo impidiera y yo no sé qué hacer me está volviendo loco esta situación y si te soy sincero tengo miedo de que lo que pasamos hace unos años vuelva a ocurrir y esta vez sea nuestro fin y yo no necesito eso, yo necesito que estés conmigo toda la puta vida.

— Vamos a estar bien, Michael, solo necesitamos tiempo —hizo una mueca de dolor al pensar en no volver a estar con el teñido— Volver a conquistarnos el uno al otro.

— Creí que esta era nuestra despedida.

— Yo también pero espero que no lo sea.

Secret love -Muke Clemmings-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora