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Capitulo 2: Tragedias, parte 1

SOMBRAS TENEBROSAS CAPITULO 2: TRAGEDIAS, PARTE 1.

Aun recordaba el día que lo vio por primera vez.

Era el hombre más hermoso que había visto en toda su existencia. Quedó fascinada y embobada con el encanto que este desprendía.

El subió al carruaje, para luego desaparecer de su vista.

Corrió tras él, como un perro fiel quien sigue a su dueño.

Pero fue en vano, no quería llamar la atención de los pobladores y su estado actual le impedía correr más rápido. No tuvo más remedio que seguir las huellas que dejaban las ruedas y la pisada de los caballos.

Descubrió con pesar, que el joven ser del que se había empecinado, era parte de los Collins, una familia de humanos que, sus hermanas y ella se habían propuesto destruir, y estaban esperando el mejor momento para ello.

Se quedó observando la mansión desde la entrada, mientras se apoyaba en los barrotes del portón de esta.

Sabía que su nuevo interés le produciría conflictos, pero nunca había sentido un flechazo tan fuerte, en sus más de 500 años de vida que tenía.

Y aunque así lograse eludir la prohibición de sus hermanas, otro problema aparecía en su mente.

¿Cómo lograría acercarse a tan hermoso ser, sin tener que revelar su verdadera identidad? Podría secuestrarlo, pero este descubriría que era una bruja y la odiaría por ello, y tendría que matarlo después. Tal como lo había hecho en el pasado.

No, no quería que su nuevo interés pasase por ello.

Estaba a punto de marcharse, con resignación en su rostro, cuando un par carreros, le gritaron que se apartase del portón, si es que no quería morir aplastada.

Seguido de los carruajes de transporte, varias otros entraron a pie, tanto hombres como mujeres, con maletas en mano.

Fue entonces que vio el enorme cartel que había a un lado del portón, del cual minutos atrás había obviado su existencia.

"VACANTES DISPONIBLES, VEN Y SE PARTE DE LA FAMILIA COLLINS, TRABAJANDO PARA NOSOTROS"

No lo dudó un solo segundo y se mezcló con los ordinarios humanos.

Apenas llegó, y vio dentro de la mansión, quedo fascinada con su interior, era tan grande, casi como la de los reyes en Inglaterra. Pero aún faltaba que se terminase de construir.

La designaron como sirvienta.

No tuvo problemas en aprender los modismos de la época, sin mencionar que se sentía a gusto con su traje de etiqueta.

Aunque no fue designada para servir a la familia, y trataba solo con los otros trabajadores.

Pero, digamos que su magia le dio cierto estatus para sobresalir entra las demás chicas de la servidumbre, eso y que "casualmente" una de las sirvientes de la familia principal murió mientras dormía. Dejando un puesto vacante, obviamente para ella, ya que las favoritas para el ascenso, tuvieron unos raros accidentes, que las dejaron incapacitadas para trabajar en varios meses.

―Lo siento chicas, pero he estado sacrificándome por meses, para llegar a mi preciado objetivo ―murmuró mientras hacia un chasquido con sus dedos, soltando un maleficio para que las seleccionadas al ascenso, cayesen rodando por la enorme escalera principal de la mansión, cuesta abajo.

Entonces llegó el gran día.

Luego de meses donde corto cualquier relación con sus hermanas, quienes insistentemente trataban de comunicarse con ella, en cualquier reflejo de espejo o agua, e incluso en el brillo de los cubiertos; luego de haberse conformado con ver a su galán de reojo, solo en un par de ocasiones, cuando este acompañaba a su padre a las construcciones, para ver que todo marchase bien. E incluso de haber tenido que matar a algunos de los trabajadores de la construcción que descubrieron el secreto de que era una bruja, sin querer.