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Capitulo 3: Tragedias, parte 2

SOMBRAS TENEBROSAS.

CAPITULO 3: TRAGEDIAS, PARTE 2.

El día de la boda había llegado.

Como era costumbre, el novio debía esperar en la iglesia la llegada de la novia.

Se podría decir que la iglesia nunca había tenido tantos asistentes a una ceremonia.

―Ten paciencia, siempre es así, a las mujeres les encanta llegar tarde ―expreso Kankurō, mientras se acercaba a su menor, quien estaba a un lado del altar, esperando a su prometida.

―Ah, gracias por los ánimos, hermano ―le respondió este, un tanto más calmado.

*~*~*~*~*~*

Mientras, minutos antes, en la mansión de los Collins.

Shijima salía acompañada de Temari, con rumbo a la ceremonia. Esta ya la veía como su hermana menor, y le ayudaba a caminar con su hermoso y abultado vestido blanco de novia.

―No te preocupes, llegaremos justo a tiempo, además, los hombres siempre deben esperar un poco por nosotras ―le decía Temari, mientras le guiñaba un ojo y la ayudaba a subir al carruaje que habían preparado especialmente por la ocasión.

― Ah, lo sé, pero Gaara es bastante impaciente, es algo que le cuesta controlar un poco, no quiero afligirlo más de la cuenta ―respondió Shijima un tanto preocupada, pero a la vez alegre―. Lo cierto es que también debe estar extrañándome, al igual que yo a él...

― Cielos santo, que empalagosos, no se ven desde anoche y ya se extrañan, estos hermanos menores que tengo... ―dijo más con gracia que como queja la rubia, mientras también subía al carruaje y hacia señas al conductor, para que partiese.

Las sirvientas, las despedían con añoranza, a pesar que luego la mansión se llenaría de visitas por la fiesta de los novios.

― ¿No saben dónde está Matsuri? ―expresó preocupada una de las sirvientas a las otras―. El Chef la está buscando, ya que no encuentra los cubiertos de plata que le encargo que puliese anoche.

Las otras negaron con la cabeza, ninguna la había visto desde la noche anterior.

*~*~*~*~*

El carruaje que llevaba a la novia estaba a medio camino, cuando se detuvo de repente.

Una sombra se paró en frente de los caballos que llevaban la marcha, dando un chirrido horrible, para luego caer secos al suelo.

El hombre que las llevaba no tuvo tiempo de advertir lo que había visto sus ojos y cayó a un lado del camino con una terrible asfixia en su garganta, impidiéndole hablar.

― ¿Por qué gritan los caballos? ¿Qué está pasando? ―expresó molesta Temari, saliendo del carruaje cerrado, para descubrir con horror lo que estaba sucediendo.

Shijima, quien apenas había asomado la cabeza para ver que ocurría, fue halada del brazo por la rubia, para que saliese rápido del lugar.

― ¡Shijima, corre! Vuelve a nuestro hogar y enciérrate en la habitación de mis padres, por nada del mundo voltees a ver ―ordenó, mientras la hacía correr en dirección contraria a la del espectro que tenían enfrente.

― ¡Pero, señora Temari, no voy a dejarla sola! ―objetó esta.

― ¡No discutas y vete, si algo te paso, no me lo perdonaría, eres la razón por la que mi hermano menor es feliz! ¡Largo! ―le gritó con decisión, mientras sacaba una mini espada de debajo de su vestido y se ponía en posición de combate contra aquel oscuro ser.