Inna estaba en la entrada del instituto; se sorprendió al ver lo grande de la estructura pintada todo de blanco, con demasiadas ventanas donde podía suponer eran las aulas.
-Deseo que te vaya muy bien- dice su padre, quien tenía el brazo al rededor de su cuello y alisaba su hombro; como brindándole seguridad.
-Gracias papá- respira profundo. -Ahora voy a entrar- abraza a su padre y deposita un beso en su mejilla.
La muchacha aferra ambas manos a la correa de su mochila y daba pasos pequeños al principio, poco después sus pasos fueron más rápidos y seguros, pero mantenía su cabeza baja lo cual provocó que chocara con alguien.
-Disculpa, yo venía distraída- se oye apenada y levanta la vista.
-No te preocupes- responde.
Inna había chocado con una chica alta y delgada, su cabello era negro y largo; lo que más le llamó la atención fueron las perforaciones que tenía en la nariz y labio inferior. ¿Acaso eso estaba permitido en el instituto? Se preguntó internamente.
-No lo puedo creer- la chica se emociona. -Tus ojos- toma a Inna de los hombros y se acerca más a su rostro.
-¿Qué tienen?- pregunta Inna. No es como si no le sorprendiera, pues en el pasado eso era tomado como raro, llegando a ser llamada fenómeno; pero en la voz de la chica no había burla sino asombro.
-Son hermosos, me encantan y lucen bien con tu cabello- alisando la melena pelirroja. -Soy Vielka- se presenta.
-Soy Inna- responde.
-Lindo nombre- la chica aún se encontraba demasiado cerca, con la mirada fija en aquellos ojos cuyo color eran diferentes uno de otro. -Padeces heterocromía, espero no ofender; pero la verdad me es fascinante- apartándose por fin de Inna.
-Gracias- le sonríe.
-Supongo que eres nueva, puedo guiarte a donde quieras; aunque me parece raro que hayas entrado en las vacaciones, por lo regular no se aceptan alumnos de nuevo ingreso...- la joven le iba explicando a la pelirroja algunas cosas acerca del instituto mientras caminaban.
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Anton y Kate yacían sentados frente a un hombre de aspecto pálido y porte intimidante, lo único que los separaba era el escritorio que había.
-Ya hay avistamientos de rastreadores, Jace nos informó que en Vancouver y Toronto se encontraban divididos en pequeños grupos- habla el hombre de cabello cobrizo.
-Es un alivio que hayamos salido antes de que nos encontraran o nos veríamos en la obligación de atacar- responde Kate.
El hombre que se encontraba frente a ellos, mantenía un semblante serio pero relajado, como ideando alguna estrategia.
-¿Qué me dicen de mi hija?- pregunta.
-Ella está bien, justo como usted lo ordenó; acaba de integrarse al colegio, la mantendremos distraída en lo que ideamos un plan para poder protegerla hasta que llegue el momento adecuado- responde el hombre.
-Bien- hace una pausa y se levanta del asiento. -No dudó en que tarden en averiguar que ya se encuentran aquí, lo más probable es que tengamos que adelantar todo y arrastrar a nuestra pequeña a todo esto a pesar de querer alejarla y que viviera de una manera diferente-
-Nosotros la vamos a proteger; no dejaremos que nada le pase, Anton y yo la hemos cuidado durante todos estos años. Así que no la dejaremos en estos momentos más críticos- responde Kate que deposita su mano sobre la de su compañero y este a su vez, regresa a mirarla y voltea su mano para entrelazarla con la de ella.
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Mi Tentación, Mi Perdición.
VampireInna y su familia comienzan una nueva vida lejos de Toronto. A otro continente, en un país con costumbres totalmente diferentes. Inna no se imaginaba lo que estaría por vivir en ese lugar después de conocer Andrey un joven que para ella resulta ser...