CAPÍTULO 6: MI PRIMER BESO.

1K 64 4
                                    

CAPÍTULO 6: MI PRIMER BESO.

Blaine se decidió y se acercó al lugar dónde estaban los tres hombres para hablar con el chico que había llamado su atención. Cuanto más se acercaba, más nervioso se sentía. Quería agradarle al chico. Sus miradas se cruzaron y el moreno sintió que podía morir en ese instante, no le importaba, moriría feliz. El miedo se apoderó de él... ¿Y si no le correspondía? ¿Y si pensaba que era un monstruo por sentirse atraído por personas de su mismo género? Debía ser valiente, si no arriesgaba, nunca encontraría el amor...

– Hola, me ha gustado mucho tu discurso.

– Sí, seguro. – El tono del castaño era irónico.

– Es en serio.

– Mírate. Puede que no lleves ropa muy cara pero no es barata y está muy limpia y nueva, tus manos están cuidadas y tu piel no está muy dañada. Tú no eres un trabajador, puede que no pertenezcas a la nobleza... ¿Un comerciante...? Algo así, seguro que tienes a tu cargo trabajadores a los que explotas como todos los demás.

– No soy un comerciante.

– ¿Un ladrón? No quiero ese tipo de gente en mis mítines, porque eso sólo trae problemas y puede deslegitimizar nuestras reivindicaciones. No quiero que los periódicos publiquen en portada mañana “Un grupo de ladrones realiza unas peticiones para seguir con sus fechorías”.

– No soy un ladrón. No deberías juzgar a la gente sin conocerla.

– Y tú no deberías pretender ser alguien que no eres.

El moreno iba a contestar cuando sintió unos brazos que lo empujaban por la espalda y lo arrastraban. Eso le produjo dolor, sabía que empezaba a sangrar.

– Hay que irse, vienen los guardias. – Dijo el mayor de los “guardaespaldas” mientras dirigía al ojimiel. Corrieron por unas calles que el noble no conocía pero ninguno de los tres hombres dejó que se desviara del camino. Lo dirigían a donde fuera que ellos iban. Supo que por más que lo quisiera, no lo dejarían marcharse. No lo dejarían atrás para que los guardias lo capturaran. Sintió un gran agradecimiento hacia ellos. El chico sabía muy bien de lo que los guardias eran capaces y no creía que su cuerpo aguantara esta vez...

Llegaron a una humilde casa que no tenía muchas comodidades, pero Blaine apenas pudo fijarse porque se desmayó.

Por su parte, Brittany estaba muy preocupada. Su hermano las había mandado a casa y ahora no sabían dónde estaba. Habían oscurecido, lo que significaba que el moreno estaba en la calle solo de noche... ¿Y si le había pasado algo? Sam había salido en su busca, pero no había regresado, suponía que no lo había encontrado. Santana estaba consolando a su amiga. La verdad es que le dolía verla así. Por supuesto que estaba preocupada por Blaine, pero algo le decía que estaba bien.

– Tranquila Britt, seguro que está bien.

– Entonces... ¿Por qué no ha vuelto?

– Puede que haya encontrado un trasero en el que entretenerse.

– ¿Qué?

– Vamos... Puede que haya encontrado un chico y se hayan ido a divertir juntos...

– Podría haber avisado. – Dijo la rubia muy triste.

Brittany tenía razón, el moreno no las tendría preocupadas mientras él se divertía... ¿Por qué tenía esa sensación de que estaba bien? Pasó un rato cuando llegó Sam. Les contó que había habido un revuelo en la plaza y que la gente había huído. No estaba entre los detenidos ni entre los heridos, por lo que seguro que alguien le ayudó a esconderse y sabían que no era muy prudente salir. No había de qué preocuparse, al día siguiente sabrían más. En ese momento no había nada más que pudieran hacer. Santana decidió quedarse allí a dormir y mandó a Sam con un aviso a sus padres. Las dos chicas se fueron a dormir, pero ninguna consiguió conciliar el sueño.

A media noche, la latina bajó a la cocina para ver si había algo de comer. Allí estaba su amiga, con un camisón blanco. Era una visión preciosa para la morena. Deseaba poder besar y sentir la piel de esa chica. Cuando le dijo que estaba enamorada de una mujer, no tuvo el valor de confesar que era ella de quien estaba enamorada. Tenía miedo al rechazo de la ojiazul... ¿Y si se lo tomaba mal?

Britt vio a su amiga y esbozó una tímida sonrisa. Estaba muy preocupada por su hermano, pero debía reconocer que tener a la latina a su lado la tranquilizaba y consolaba. Estaba confundida... ¿era ella como su hermano y sentía cosas por alguien de su mismo género? Tenía muchas dudas y decidió que lo mejor era solucionarlas.

– ¿Podemos hablar? – Preguntó la rubia.

– Dime.

– ¿Cómo te diste cuenta de que te gustan las mujeres?

– Wow, si que eres directa.

– Estoy muy confundida y quiero aclarar mis sentimientos.

– ¿Qué tipo de confusión?

– Verás... Hay una chica que creo que me puede gustar. – Las mejillas de la ojiazul se volvieron rojas y evitó la mirada de Santana. La morena se dio cuenta de que estaba hablando de ella, por lo que decidió acercarse a su amiga. Cogió la mano de la rubia y juntó sus labios con los de Brittany. En el momento que sus labios se tocaron, una corriente recorrió el cuerpo de las dos chicas. Se sentía tan correcto y tan bien...

Cuentos de amor (Klaine y Brittana boyxboy - girlxgirl)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora