La multimillonaria, y mi diario.(Camren g!p)

Capitulo 6

Desde el final de la mañana, intento, mal que bien, ponerme a escribir: computador encendido, página todavía en blanco, algunas frases escritas en trozos de papel al lado, de algunas notas sobre el origen del verde en la Armada.
Herede mi amor por la lengua francesa de mi madre, Sinuh, y mi hermano comparte mi pasión por el español con nuestro padre, Alejandro. Crecer en una familia bilingüe no tiene mas que ventajas: 3 idiomas hablados en casa, buenas notas en la escuela en almenos dos materias, una cultura doble y viajes frecuentes o al menos 2 países del mundo. Pero sobre todo, muchas mas palabras. Dos veces más palabras, a decir verdad. Es en francés como escribo, en francés como me gusta leer, pero en ingles como veo mis películas y mis series y español para hablar con mi familia algunas veces.

Además, en mis sueños más alocados, mi hombre ideal habla también otro idioma, además de los dos míos... Y nuestros hijos son trilingues antes de los 3 años. Pero todavía me pregunto si yo lográria aprender ruso,criollo o mandarín, sin esfuerzo, solo por amor.

¡Pero bueno, con lo que soy, mi chico será un nativo francés que cometeria una falta en cada palabra!

¡O quien sabe una chica de ojos verdes!

¡De cualquier forma la amaré, y eso es lo que será hermoso!

Al principio de la tarde, aún no resignado a posponer la escritura para mañana, soy interrumpida, por una vibración. No hay bigotes en la pantalla. El texto que se muestra en mi pantalla es de un número desconocido.

(No la he olvidado. ¿Cafe? ¿Champaña? ¿Caviar? Donde quiera, cuando quiera. Shawn Méndez.)

El americano encontró algo que decirme, pero prefirió escribirmelo. En ingles, pero sin faltas. Y sobre todo, no se echo para atrás. La traicionera de normani estaría encantada de saber que su estrategia funciono.
¿Y yo? No estoy segura de si estoy feliz o decepcionada. Sin duda, un poco halagada. Pero el seductor me deja de nuevo todo el trabajo por hacer: decidir. Elegir el lugar, el momento, e incluso conque vamos a comer.

¿Si lo llamara, me preguntaría también que debe usar?

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Una nueva semana pasó, sin noticias de la princesa guerrera, pero sus ojos verdes con destello ámbar se obstinan en perseguirme. Me pregunto si todavía se encuentra en Paris, y sobre todo si piensa en mí.

No respondí a la invitación de Shawn. Normani me insultaria de todas las manera si supiera, pero me resisto. El alto hombre de ojos color chocolates y discurso encantador, se acabo; ahora sueño con otra cosa. Con cabello negro despeinada, con una mirada asesina. Con una mujer que inspira peligro, en lugar de facilidad. La nueva yo debe ser masoquista.

Además detesto el caviar.

El perro del vecino se pone a ladrar siempre a la misma hora, justo antes de que la aguja matinal alcance el nueve. El señor Collard- si cambiara su apellido por <Imbécil>, lo representaria muy bien.

Dejo mi sofá, me inspeccionó rápidamente frente al espejo de la entrada: jeans ajustado negros y blusa Bicolor, solo lo que se necesita de sofisticado, sin exceso. Me pongo mi Richelieus de Charol, maldiciendo a ese maldito perro que no deja de ladrar. De regreso al sofá, paso por la entrada, vistazo al espejo, frente, espalda, puerta azotada, vuelta de llave en la cerradura, escalera, calle de la Folie- Mericourt: ¡Llegue!

Mierda, mis documentos.

Llego veinte minutos más tarde a la oficina de Stan, quien me hace pagar mi retraso obligándome a sentarme en un taburete cojo y chiquitín.