La multimillonaria, y mi diario.(Camren g!p)

Capítulo 9

Me encuentro con Dinah y la morena frente a la vitrina azul quince minutos más tarde. Dinah en vestido de playa, estilo hippie remasterizada pin-up.  Normani, ella estrena su eterno look de blusa de diseñador y pantalón enturbiado- es eso o la falda de tiro alto.

-Hola, bellezas, digo yo, besándoles a cada una en la mejilla. ¿Llevan mucho tiempoesperándome?

-Habria podido volverme millonaria en menos que eso... Refunfuña Normani.

-Tengo algo para que me perdonen, les digo sonriendo orgullosamente, sacando un surtido Harido de mi bolso.

-La próxima vez, al menos trae macarons Laduree refunfuña la gruñóna. O una buena botella de vodka.

-¿Mal humor?, pregunto yo, girándome hacia Dinah.

-Su cliente japonés nunca vino. Esta segura de haber perdido la venta de su vida.

-(Ella) las escucha y (ella) necesita una buena depilación
Mi señor marido llega esta noche .

Dinah y yo la seguimos dócilmente al interior. La anfitriona nos pide esperar en los sillones que combinan con el color de la marca, nosotros optamos por una banca un poco alejada.

-No les dije... Decidí ya no tocar nada ahí, nos confía dinah, señalando su entrepierna

-Dinah, no hagas eso, por piedad, entra en pánico la más maniaca de las tres.

-Mani eso no cambiará gran cosa a tu vida... Le digo riendo ahogadamente verla palidecer.

-Ni a la mía, suspira Dinah. En vista de la poca acción que conoce mi intimidad este último tiempo... Podría transformarse en yeti y nadie lo notaria.

-Razón de mas para no dejarte llevar. Una oportunidad podría presentarse, se obstina la morena.

-¿A quien tomo primero?, nos interrumpe la cosmetologa, quien justo acaba de llegar.

-A ella, exclama Normani señalando a Dinah. La total. Yo pago.

-Es mi turno, se interpone una joven mujer exasperada, quien llego antes que nosotras.

Normani esta a punto de responderte una frase asesina, yo le cubro la boca justo a tiempo estallado en risa.

-Recen porque tenga sexo esta noche, murmuró ella, consultando la pantalla de su teléfono. Pero, para eso, es necesario que no pierda su avión, tren o nave espacial.

-Va a regresar, Mani, se van a reencontrar, le digo con una voz compasiva.

-Yo pensaba que estar casado era ser dos, o mas bien, ser uno mismo, de dos. En resumen, todo era falso. Bueno, sin embargo, tiene una ventaja: ¡Nunca me había coqueteado tanto como desde que uso una sortija de matrimonio!

-¿Y de que sirve, le presunta Dinah, si no puedes... Consumar?

-Es halagador. Incluso emocionante, innovaciones. Y no le temo a ningún resbalón, nunca engañaría a Blair.

Normani tiene casi todos los defectos del mundo, pero si hay algo que no le podemos quitar, es su lealtad . hacia sus amigas, pero antes que nada, a su esposo.

-Un hombre nunca haría eso, afirma Dinah, consagrarse en cuerpo y alma a alguien, a riesgo de perder con ello una parte de su vida. Los hombre son cobardes. Ante el mas mínimo problema, huyen. Yo renuncié al gran amor, creo... Pero tengo mi máquina de coser.

-mmmm... Sexy ... Se burla normani.

-Trátenme de loca, pero yo aun creo en él, les digo, recordando cierta mirada verde ámbar.

-Camila, ya puedes confesar todo. No existen; ni tu caballero, ni tu princesa.

-Así como tus héroes ... Suspira Dinah, condena expresion contrariada. Ese Jude montgomery...

-Emmett Rochester, quieres decir.

-Si, saltándome los pasajes ardientes, admite ella, al fin.

-Que lió, bromea Miss Yeti.

-La voy a encontrar de nuevo, esta decidido. No quiero arrepentirme de nada... Digo de pronto.

-¿A quien?

-Mi Rufiana, le digo sonriendo. Pienso hacerle daño...

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Dos días mas tarde, mi investigación aun esta en punto muerto. Es imposible saber mas sobre las identidad de mi desconocida. Contacte al organizador de la subasta, regrese al Plaza Atenee: nada. Nadie parece ayudarme.

Son mas de las 7 de la noche: esto es a lo que se le llama un día un poco productivo. Vuelvo con las manos vacias, con los pies adoloridos- incluso mis zapatos de plataforma se tornan en mi contra.

Estacionado a algunos metros de mi edificio, un automóvil increíblemente lujoso esta detenido. El conductor (a) se encuentra probablemente en el interior, ya que el motor está encendido. Al acercarme, me doy cuenta de que estoy de frente a un Lamborghini aventador: el bólido muy costoso en el cual rueda mi padre en sus sueños mas locos.

Más de diez millones de libros por vender y tal vez podré pagárselo...

Yo me inclino discretamente rodeando el vehículo para estudiarlo mas de cerca. Luego me decido a sacar mi iPInone y tomarlo en foto- En ese instante el cristal delantero desciende... Y su rostro de rufiana aparece. Mirada insostenible, piel blanca, pomulos prominentes: todo esta ahí.

No saltar de alegría. No saltar de alegría. No saltar de ...

-¿Puedo ayudarle?, me dice sonriendo insolentemente la mujer de voz ronca.

-Es el automóvil lo que me interesa, no usted, le replico, luchando por controlar mi emoción.

-Suba, tengo algo que mostrarle, me dice con su misterioso acento.

-Me enseñaron a no confiar en cualquiera, me resisto, cruzando los brazos sobre mi pecho- esto no es mejor para un efecto de pus-up.

-Suba, Camila, insiste ella, relajada.

-¿Camila? ¿Como sabe eso? Me sorprendo, desestabilizada.

En esta boca, mi nombre es un llamado al crimen...

-Eso no importa. Suba, me dice sonriendo de nuevo, como para provocarme.

-No debe haberme escuchado, le digo, antes de levantar el tono y separar mis palabras Como le hablará a una persona senil. NO. ME. SUBIRÉ. CON. USTED.

La extraña de camisa blanca y jeans oscuros ríe para sus adentros, luego me mira fijamente de nuevo, intensamente.

-Esta es mi dirección si cambia de opinion.

Ella toma el bolígrafo del tablero, atrapa gentilmente mi brazo y escribe en el su dirección, delicadamente. Yo me dejo llevar por su contacto de sus dedos sobre mi piel. Me estremezco antes de recuperar el control. Y mi brazo.

-¿Quien es usted? ¿Tiene un nombre? ¿como me encontró?

-Las respuestas que quiere, va a tener que venir a buscarlas... Me provoca, señalando mi piel garabateada.

En ese momento sus ojos verdes me juzgan una última vez, su sonrisa de rufiana se borra, se pone sus lentes de aviador sobre la nariz y hace zumbar su motor.

-¡Espere!, le digo, intentando retenerla. ¡Al menos dígame su nombre!

-Yo conozco el suyo, ¿Que interés tendría al darle el mio?, me desafía una última vez.

Ella ya esta a varios metros cuando un insulto se escapa de mi boca. Lo que siento es indescriptible, un cóctel de emociones contradictorias, que me ponen en un estado desconocido hasta ahora. Enojo, curiosidad, deseo... Todo se mezcla y es apenas si recuerdo como me llamo.

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Bueno mi gente viene el encuentro que estaban esperando y ¡Puede que sea mas que un encuentro!

¿Que piensan que sucedera?