-- ¡Chicos, hemos llegado a nuestro nuevo vecindario! -- abrí los ojos de golpe al escuchar a mi madre gritar.
Mire hacia la ventana y vi grandes y bonitas casa, una a lado de las otra.
No quería tener esta nueva vida, nueva casa, nueva escuela, nuevos amigos. Quería mi otra vida. En Florida.
Bajamos del auto y mi padre ayudó a bajar las maletas. A continuación, un camión de mudanzas estacionó detrás del auto y bajaron dos hombres a sacar las cosas de éste.
Caminé junto con mi maleta hacia mi nueva casa y cuando entré era hermosa. A la vista, pude ver lo que iba a ser la sala de estar, la cocina, una pequeña puerta que no sabia que contenía dentro y la escalera hacia lo que debían ser las habitaciones.
Subí corriendo detrás de mí hermano, Jake (13 años),que quería elegir una habitación, siempre hacia lo mismo y salía ganando con la mejor.
-- Está vez yo tendré la mejor habitación, Jake! -- le grite cuando pase por su lado.
-- No lo creo!
Cuando llegamos al segundo piso seguí corriendo hasta la primera puerta que vi. Era un baño. Corrí hacia la siguiente. Una habitación enorme. Entre a ella y cerré la puerta.
-- ¡Te lo dije! -- grite burlandome de él.
-- ¡Tengo una mejor! -- lo escuché pero no le di importancia.
Empecé a recorrer mi nueva habitación. Tenia dos ventanas, una que daba al inmenso patio -- cual todavía no había visto-- y la otra que daba a la casa de mi nuevos vecinos.
Baje a buscar mis cosas y luego las volví a dejar allí. Baje otra vez y me encontré con mi madre.
-- ¿Puedo ir a recorrer, por favor? -- le pregunte saliendo juntas al patio trasero.
-- Está bien, pero vuelve a las siete en punto, si?
-- ¡Como digas! -- sonreí y busqué mi celular, mire la hora y eran las seis y media, creo que con eso me bastaría. Así que, empecé a correr hacia la salida esquivando las cajas de mudanza.
Caminé por la vereda observando las casas y a las personas fueras de ellas. Había niños correteando por doquier, jugando al fútbol, otras personas cortando el césped, muy de sábado.
Continúe hasta llegar al final de la calle hasta que di la vuelta para volver.Cuando estaba por llegar a mi casa, vi a un grupito de cinco chicos, dentro de él, una chica. Me llamaron la atención ya que parecía que se estaban divirtiendo, y con valor, me acerqué a ellos.
-- Hola -- salude tímidamente.
Hola, contestaron al unísono.
--Soy Brooke y soy nueva el este vencindario -- esboce una pequeña sonrisa.
-- Hola Brooke, Yo soy Millie! -- dijo con simpatía-- ellos son Caleb, Noah, Gaten y Finn-- señaló a cada uno de ellos.
-- La vas a pasar de maravilla con nosotros, si es que gustas -- sonrió Gaten... ¿Que no tenia dientes?
--Claro -- me acerqué más a ellos.
-- Ven, siéntate -- dijoNoah, creo.
Asentí y me senté entre Millie y Caleb.
-- Cuéntanos, ¿Eres de aquí? ¿Cuántos años tienes? ¿Cómo es tu nombre completo? ¿Cual es tu... -- comenzó a preguntar Caleb y Noah lo interrumpió.
--Calmate, viejo.
Solte una risa.
-- No te preocupes, siempre es así -- levantó los hombros.
-- Okey, Soy Brooke Hunter, tengo 14 años, mi cumpleaños es el dos de octubre y soy de Florida.¿La otra pregunta era? -- reí a lo bajo.
-- ¿Cual es tu comida favorita?
-- Emm, ¿pizza tal vez? Es que no tengo.
-- ¡Choque esos cinco! ¡Yo tampoco tengo! -- Gaten se inclinó hacia adelante y estiró su mano. Reí y choqué mi mano con la de él.
--¿Tu por qué no has hablado aún? -- le pregunté al chico de rulos, Finn, que desde que llegué había estado callado.
-- ¿Yo? -- se señaló a él mismo.
-- Sí, tú -- dije obvia.
-- No lo sé, soy tímido supongo-- rió con incomodidad.
-- Oh.
Nos observamos unos segundos más y le desvíe la mirada.
-- Es un lindo vecindario, ¿viven todos aquí?
-- Yo vivo en la casa que tiene auto negro de allí -- señaló Millie a lo lejos.
-- ¡Vives al frente de mi casa! -- exlamé.
--Genial-- agregó con entusiasmo.
-- Yo vivo en la otra cuadra cuadra, junto con Caleb -- continuó Gaten.
-- Vivo a su lado-- le corrigió Caleb.
-- ¿Y tú, Finn? -- le pregunté.
-- Al lado de la tuya -- sonrió.
-- ¡Que bueno! -- incliné mi cabeza hacia adelante.
-- ¿A que escuela irás Brooke? Sería genial que te toque con nosotros.
-- A "Prince of Wales Secondary School".
--GENIAL-- gritaron todos al unísono y yo reí fuertemente.
--¿Ustedes también van allí?
-- ¡Claro! Por eso gritamos-- dijo obvio, Caleb.
Seguimos platicando todos juntos, hasta que se hicieron las siete.
-- Ya tengo que regresar a mi casa, chicos.
-- ¿Son las siete? -- preguntó Finn y yo asentí -- Yo también-- hizo una cara desagradable y reí -- ¿vamos juntos? -- se levantó al mismo tiempo que yo.
-- Claro.
-- ¡Se ha armado una nueva pareja en este grupito! -- exclamó Millie con tono divertido.
-- Ja Ja que graciosa-- intenté ocultar mi sonrisa pero fue imposible.
-- Y hasta se sonroja.
Rieron todos menos Finn y yo.
-- Ya me tengo que ir. Adiós chicos, nos vemos -- anunció Finn.
-- ¡Nos vemos, chicos, me cayeron super bien! -- les dije y con Finn comenzamos a caminar en silencio.
-- No se vayan a estar besuqueando por ahí, ¿eh?-- gritó Gaten y me di vuelta para hacerle fuck you.
--Son unos tontos --dijo Finn sonriendo, negando con la cabeza--Y... ¿Por qué te mudaste?
-- Porque mi papá tiene que hacer trabajo aquí.
--¿Te vas a ir? -- posó su mirada en mi.
-- No lo sé, espero que no -- dije media triste-- acabo de llegar y ya me quiero quedar para siempre.
-- Yo tampoco quiero que te vayas... Porque eres muy buena onda, claro-- rió nerviosamente.
Lo mire un poco nerviosa y le regalé una sonrisa.
-- Entonces... Finn Wolfhard? -- le pregunte cambiando de tema.
-- Así es, Brooke Hunter.
-- Bueno, ¿nos vemos...? -- le pregunté cuando llegamos al frente de su casa.
-- ¿Mañana?
-- Perfecto.
Nos despedimos con un beso en la mejilla y cada uno se fue a sus respectivas casas.
Finn Wolfhard...Nada mal para tener 14 años.
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-No Todo Dura Para Siempre- Finn Wolfhard
FanfictionBrooke Hunter y su familia, provenientes de Estados Unidos, se ven obligados a mudarse a Vancouver, Canadá, por cuestiones de trabajo de su padre. Allí, en su nuevo vecindario conocerá a un grupo de amigos, y dentro de él, un chico, que le llamará...