Después de esa pequeña y triste charla volví a mi casa. Apenas llegué, fui directo a mi habitación ya que varias preguntas invadían mi cabeza.

¿Habrá sido esta su antigua habitación?
¿Cómo habrá sido Jane?
¿Se habrán amado de verdad?
¿Tendrá Finn las esperanzas de que ella vuelva?
¿La encontrarán? Y si es así... ¿Todo seguirá igual?

Dejé esas preguntas atrás y comencé a recorrer la casa para poder encontrar algo de ella, aunque sea una carta... Lo cual seguro que era imposible e inútil. Lo único que logré encontrar fueron unas iniciales en el árbol del patio trasero.

J+F=♡

--Con que se gustaban demasiado -- susurré y mire hacia la casa de Finn.

Se hicieron las cinco de la tarde y me encontraba acostada en mi cama, mis padres y mi hermano no estaban ya que se habían ido al supermercado.

Estaba a punto de dormirme cuando de pronto me llegó un mensaje.

--Hola, soy finn, ¿Estas en tu casa?

--No-- mentí.

-- ¿Y por qué está prendida la luz de tu habitación?

-- No lo sé, habrá sido un fantasma.

Me senté para ver si estaba parado en su ventana y acerté.

Me sonrojé al verlo sonriendo y negando con la cabeza. Me saludo con la mano y abrió su ventana.

-- ¿No era que no estabas?

-- Recién volví.

-- Si, claro. Veo que ya se te pasó el enojo ¿Por qué te enojaste?

-- Por nada. Sólo una tontería. ¿Se divirtieron hoy?

-- Estuvo genial. Gaten vomitó la hamburguesa-- hizo cara de repulsión-- y casi me choca un auto, sino fuera por Millie ya estaría muerto.

Reímos.

-- Que torpe.

-- Oye, mañana después de la escuela, ¿quieres que vayamos a tomar un helado? Los dos solos.

-- Me encantaría --dije mientras me tocaba el pelo -- se nota que te gustan los helados, ¿Cuáles son tus favoritos?

-- El de chocolate y vainilla.

-- ¡Los míos igual!

-- Genial. Oye, ¿Quieres venir a mi casa?

-- ¿Cuándo?

-- Ahora.

-- Está bien. Ahora voy -- cerré mi ventana y fui corriendo al baño para arreglarme.

Me miré al espejo por última vez y me dirigi a donde Finn.

Toqué su puerta y de inmediato abrió... Un chico muy parecido a Finn, rulos y alto.

-- Hola, soy Brooke, la nueva vecina -- esbocé una pequeña sonrisa.

-- Nick Wolfhard, un gusto.

-No Todo Dura Para Siempre- Finn WolfhardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora