8. ¿Estas bien?

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Tu mereces ser feliz,

tu puedes realizar todos tus sueños.

***


La observo verdaderamente sorprendida, con mi boca y ojos muy abiertos y sin saber que decir.

Esa sí que fue una forma de cerrarme la boca pues, nunca pensé que ella fuera capaz de dar ese pasó. Que fuera capaz de desligarse del yugo que mi padre representaba.


Al darse cuenta de que sigo de pie observándola sin decir palabra alguna, ella continúa:



-—  Entiendo que no me creas y por eso trae pruebas para demostrarte que te digo la verdad, —  me señala hacia el escritorio donde una pulcra carpeta blanca sobresale en la mesa color caoba. — Se que debí hacerlo antes, no permitir que ustedes crecieran en ese mal ambiente y rodeados de un sujeto como él y por eso me disculpo al igual que ya lo hice con tu hermano.  — Se abraza a si misma como buscando algún tipo de resguardo.  —  No sabes cuánto lamento no haber hecho algo antes, el quedarme en silencio ante todas sus acciones pero tú, tú fuiste quien me dio fuerzas para dar el siguiente paso, Andrew y tu son mi mayor bien y debí darme cuenta de eso antes y no temer al que dirán, además lo que él te hizo...

Niega con la cabeza y toma asiento en el sofá color blanco dispuesto en la sala y con una mano trata de refrenar las lágrimas que no me había dado cuenta empezó a derramar


— Lo que él te hizo es algo imperdonable.


¿Lo que él me hizo?


La observo confundida esperando a que se recupere y termine la oración.


— Mira que ayudar a esos sujetos que te...  — Duda sobre como continuar y me observa dudosa, tal vez creyendo que al nombrar la palabra violación romperé a llorar o me entrara un ataque de pánico aunque ella sabe que siempre he preferido que me digan las cosas rápidamente y sin anestesia. Hace unos meses tal vez hubiera ocurrido eso, pero ahora soy más fuerte y estoy aprendiendo a lidiar con mis demonios. - Que te hicieron daño — continua — , eso me hizo dar cuenta de lo poco que el vale, un poco tarde lo sé y reconozco que debí haber actuado antes, pero a mí me criaron así. Me criaron con el pensamiento de que la mujer se debe al marido sin importar lo que este haga, que nosotras siempre debemos estar bajo su yugo.


Me acerco al escritorio con intensión de tomar el folder y revisar esos documentos, de verificar si me dio la verdad acerca del divorcio pero a último momento mi mano se desvía hacia la caja de pañuelos, me acerco a ella y se la tiendo. Ella saca uno y seca sus ojos, menos mal y no trae rímel.


Me siento en la otra punta del sofá, solamente observándola mientras habla.



"Pero tú siempre fuiste diferente. —  Me observa con cariño —  ,  aunque tratáramos de inculcarte costumbres de una niña "normal" El tejer, bordar, las muñecas y que siempre estuvieras impecable no era lo tuyo, tu siempre andabas detrás de tu hermano ensuciándote, trepando arboles y viviendo locamente como un ser libre. —  Sonrió sin querer cuando mi mente viaja sin que la pueda refrenar y logra que empiece a rememorar aquellos tiempos. — Y luego te rebelaste contra todos y entraste a la facultad de medicina. Siempre has sido muy fuerte mi niña tu eres lo que yo nunca fui, valiente e independiente a la hora de tomar decisiones.

— Tessa


no me di cuenta en qué momento se acerco hasta acá pero de un momento a otro está junto a mí y toma mis manos, quiero soltarme de su agarre pero las aprieta con fuerza para evitarlo. Sus ojos buscando los míos.




Cicatrices©  [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora