37. Mi hermano...

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Un molesto y penetrante olor a limpiador y cloro me provoca picor, haciéndome fruncir la nariz. Siento mi cuerpo pesado, como si hubiera corrido una maratón pero a la vez me siento descansada.

Abro mis ojos con lentitud algo confundida y desorientada pero lo único que distingo es silencio y oscuridad, un profundo dolor de cabeza invade mi cien y de un momento a otro todos los recuerdos de lo ocurrido anteriormente llegan a mi mente de golpe. Gertrudis golpeándome en la nuca, Loren apareciendo en lugar donde me encontraba secuestrada y su posterior confesión, mi hermano encontrándose herido y yo intentando escapar para ayudarlo.

¡Mi hermano!

El agotamiento me abandona de repente y me siento de golpe sintiendo un dolor en mi muñeca derecha el cual ignoro, me dispongo a levantarme de la cama pero una puerta es abierta de golpe y la luz se enciende de manera automática.

- Teresa, ¿Qué estás haciendo?

Me interroga la voz de una mujer y cuando levanto la vista me encuentro con varios ojos mirándome con desconcierto y confusión entremezclados.

- Mi hermano, el...

Intento explicar pero la mujer con bata de médico me interrumpe al tiempo que se me acerca y con la ayuda de una enfermera vuelve a recostarme mientras otra revisa la vía intravenosa que tengo en la mano y de la cual no me había percatado.

- Tu hermano está bien, ambos lo están ahora. Tú estabas demasiado deshidratada por los días que permaneciste sin consumir alimento en forma pero, dentro de poco estarás como nueva.

- Pero Andrew, el sangraba demasiado y...

- Ya lo están atendiendo y estará bien, no te preocupes. – me informo cuando se dio cuenta de que volvería a preguntar por mi hermano. - Ahora lo importante es que te recuperes para que puedas hablar con él.

"Tus familiares están afuera, estaban muy preocupados por ustedes pero el que hayas despertado sin duda les mejorara los ánimos."

La doctora siguió hablando y revisando mis signos y demás hasta que sin darme cuenta, me quede profundamente dormida.

***

Y al final no se le hizo el milagrito a Gertrudis, la orden de detención contra Joseph contenía múltiples delitos, entre ellos estaba el de intimidación, amenaza de muerte, soborno, fabricación de pruebas y un sinfín de etcéteras que lo mantendrían dándole explicaciones a la fiscalía un buen tiempo. El tipo está hundido hasta el cuello y por lo visto pasara muchos años encerrado en prisión. No digo que no me doliera pues, después de todo era mi padre, pero soy consciente de que todas sus atrocidades cometidas, no pueden ni deben quedar impunes.

Los hijos de los socios de mi padre fueron cayendo uno a uno luego de que se les dictara ordenes de aprensión a Gertrudis y a Loren, las dos cantaron como pajaritos luego de que se les ofreciera una reducción de pena por colaboración, lastimosamente para ellas, no contaron con el hecho de que mi hermano, quien se recuperaba lentamente de las heridas infringidas por ese par de arpías y yo, daríamos nuestro testimonio y termináramos por hundirlas, de manera que perdieron todos sus beneficios, Loren por ser la autora intelectual de todo el plan que fraguo contra mi familia, y Gertrudis por cómplice.

Tres de los sujetos continuaban en California como si nada hubiera pasado. Los dos restantes fueron extraditados de dos diferentes partes del mundo mediante órdenes de captura con fines de extradición.

Hacer la denuncia colectiva con quince mujeres abusadas hizo el proceso más rápido.

Quince mujeres entre las cuales yo no me incluía, además de no ser necesario y no sé que pensaba mi padre, una violación es un delito semipúblico, es cierto que se necesitaba la denuncia de la agraviada, o sea la mía, pero luego de que yo quitara la denuncia igual se siguió la investigación avalada por una fundación que busca se restituyan los derechos de la mujer.

Los tipos ya habían hecho del abuso un deporte y luego de forzar a distintas mujeres, seguían las amenazas hacia sus seres queridos lo cual obviamente detenía cualquier intento de denuncia por parte de los familiares.

Mientras los desgraciados se divertían, mi padre actuaba de abogado del diablo limpiando el desastre, ese es otro de los delitos por los cuales se lo acusa, complicidad en cohecho y desaparición forzada.

Pero a partir de que sus clientes empezaron a ser arrestados, sus socios se fueron dispersando y con ellos la protección que le brindaban y así aparecieron las amenazas de las cuales no me había dado cuenta hasta que logre quitarle las llaves de la oficina a la bruja, esa era la razón de sus largas horas en el estudio, sus ojeras y el que ya casi no saliera de casa y si lo hacía, era fuertemente custodiado.

***

- ¿Estas lista para entrar? - me pregunta el señor Wesley quien nos observa a mi madre y a mi desde la parte delantera del coche.

Hace un momento llegamos a los juzgados pero aun no hemos hecho intento de salir del auto.

Mi madre permanece sentada a mi lado y aprieta mi mano tratando de infundirme fuerza.

Respiro profundo

- Le estaría mintiendo si le dijera que si - digo hablándole con total sinceridad - pero así no me sienta preparada esto es algo que necesito hacer para seguir adelante.

- Sabes que no estás obligada a estar presente - dice mi madre

Le sonrió levemente para luego descender del auto, ella lo hace por la otra puerta que conecta con la del conductor y junto a Ron se alejan un poco para hablar de no sé qué tema.

Hoy es el juicio contra mi padre y esos sujetos, el de Loren y la bruja de Gertrudis fue días antes y aun no me recupero de la impresión y también leve temblor en mis manos al recordar la mirada desquiciada y desorbitada de Loren, su cabello totalmente revuelto, en como me gritaba que esto aun no había terminado y que así fuera lo último que hiciera, iba a terminar conmigo.

Sacudo mi cabeza fuertemente para alejar esos grotescos recuerdos de mi mente y concentrarme en lo que viene.

Decidieron hacer los dos juicios el mismo día por la relación que hay entre todos a pesar de que a mi padre se le adjudican otros cargos. Muchas de las chicas con las cuales ya he tenido oportunidad de hablar, decidieron no presentarse el día de hoy y esperar a que se les informara que había ocurrido, después de todo, el juez ya había tomado sus testimonios.

Pero hubimos otras más tercas que si queremos ver como fluye el proceso paso a paso razón por la cual decidimos presentarnos hoy.

- Entonces, - Wesley me saca de mis pensamientos. - ¿Enciendo el auto y te acerco a casa?

- ¡Ni lo sueñes, Ron! - exclamo sonriéndole, - esta obra pienso presenciarla hasta el final.

El sonríe y asiente para luego adelantarme unos cuantos pasos hacia el juzgado.

- Pues entonces adelante.


Apenas ingresamos a la estancia todas las miradas se posaron en nosotros, o mejor dicho en mi, respiro levemente expulsando el pánico momentáneo que brotó en todo su ser de la nada, cuadró los hombros y comenzó a caminar de manera lenta y pausada por el recinto sintiendo como varios ojos me taladran. No había dado ni seis pasos cuando de la nada varios de periodistas me abordaron, lanzándome preguntas a diestra y siniestra respecto a la demanda y juicio que encabezaba contra hijos de grandes y respetados empresarios de la ciudad de california y estados unidos en general.

***


Ya se pasaron por mi historia, ¿El cuarto es la vencida?

Si hay alguien fanatico de el romance y el cliché. Se las recomiendo

Cicatrices©  [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora