『 Same Love 』 Freddoy #FNAFHSDisabled

『 Capítulo 1 』

«Blabla» = Conversación a base del lenguaje en señas.
"Blabla" = Pensamiento del personaje.
— Blabla.— = Conversación normal.

Suspiró de nueva cuenta para después dejar la carta sobre la mesa. Llevó sus manos a su cabello, enredando sus dedos en el.

Nadie le había comentado que lo iban a cambiar de escuela...

De nuevo...

Estaba agradecido con su hermano y su mamá, sabía que estaban poniendo mucho esfuerzo para por fin poder encajar en una escuela donde no sufriera más abusos de los bravucones. Pero... No se sentía bien estando ahí afuera, solo.

Sintió unas manos colocarse en sus hombros, pegó un pequeño brinco y volteo.

«Lo lamento.» Sonrío nervioso Fred para acto después sentarse en una silla a su lado. «¿Que lees?»

Suspiró. «Me aceptaron en la escuela especial.» Le entregó la carta, cruzó sus brazos sobre la mesa y recargo su cabeza sobre ellos mientras observaba a Fred leerla.

A los segundos, una enorme y radiante sonrisa se hizo presente en el rostro del pelinegro quien terminaba de leer emocionado.

«¡Son excelentes noticias Freddy!... ¿Acaso... No te emociona la idea?»

«Claro que me emociona, se lo mucho que tú y mamá se esforzaron... Pero...»

«¿Pero...?»

«No quiero ir a una escuela nueva sin ti. Tú eres mi único amigo, el único que me entiende...»

«Freddy, debes aprender a no depender de mi. Ya estás grande.»

«Tengo 16...»

«Ya estás grande.»

Volteo a otro lado y volvió a recargar su cabeza sobre sus brazos.
A los segundos sintió la mano de Fred subiendo y bajando por su espalda.

Vamos, 16 años no era mucho. Aún no era legal así que podía depender muy bien aún de su hermano.
Aunque este tampoco fuera legal aún, pero era culpa de él y de su madre por haberlo acostumbrado a siempre estar en la escuela (y donde sea) con Fred.

La culpa... No era suya.

Sintió como la mano en su espalda paraba de golpe y como se tensaba. Después pudo observar en el piso de la sala una sombra acercarse a ellos. Levantó su rostro y observó como su padre llegaba a la cocina, donde se encontraban.
Su ropa estaba alborotada, tenía algunos golpes en el rostro y lo que enseñaba de brazos. Y, como siempre, la botella de cerveza en una de sus manos.

Sintió sus vacíos ojos posarse sobre su cuerpo, llenos de odio.
No entendía que tanto gritaba, no entendía de que discutía ahora.
La mano de Fred bajó a su cintura, sujetándolo con fuerza para después obligarlo a ponerse de pie de su asiento al igual que el pelinegro, quien rápidamente se colocó frente a él, en modo de defensa.

Oh, no. Hablaban de él.

Dio unos pasos para atrás hasta chocar con la estufa mientras observaba cómo su padre se acercaba furioso a Fred, lo tomó por el cuello de la camisa y comenzó a gritarle.

«¡PAREN, POR FAVOR!»

El mayor empujó con fuerza el cuerpo de Fred contra el suelo y después, a su lado, la botella de cerveza, se acercó de nuevo para darle un buen golpe en la mejilla.