•she came like a hurricane•

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(Narra Billy)

Martes, un día cualquiera en el pueblo de Hawkins, siempre me levantaba pronto para que me diera tiempo a arreglarme, siempre me ha gustado cuidar mi imagen.

Salí de casa y me metí en el coche a esperar a que llegara la mocosa, normalmente mi padre y su nueva mujer no estaban en casa, llegaban juntos del trabajo por las noches, y los fines de semana se marchaban para pasar el rato, y claro, en su ausencia yo tenía que cumplir las responsabilidades de las que ellos no eran capaces de ocuparse.

Ví a Max salir de casa por fin, así que hice al motor rugir y saqué uno de mis discos de la guantera, subiendo el volumen al 100.

(Cherry Pie - Warrant)*

Llegamos al instituto, aparqué con una rápida y limpia maniobra frente al edificio del instituto, no crucé palabra con la niña en todo el camino, y como de costumbre, ella salió del coche sin más y se marchó con aquellos perdedores que tenía por amigos, los más adecuados para ella.

Aún quedaba un cuarto de hora para que sonara el timbre y comenzara la primera hora de clase, por lo que me apoyé en el capó con la música aún puesta, observando a todo el que llegaba al recinto. Los más pequeños trataban de evitar cruzarse en mi camino por todos los medios, y bueno, Steve también, desde que destrocé su bonita cara.

Todo iba como de costumbre hasta que una figura femenina llamó mi atención, llegó con su coche rojo, su música se mezcló con la mía, y fui capaz de distinguir la canción, Cherry Pie, de Warrant. Salió del vehículo, quitándose las gafas de sol, mostrando así su rostro al completo, tenía unos grandes y redondos ojos oscuros, y una melena corta por encima de los hombros de un color morado claro, era algo poco habitual por allí, tan solo lo había visto en gente de la ciudad, en la televisión. Su ropa era oscura, pantalones y chaqueta de cuero, era lo suficientemente atractiva como para levantar interés en mí.

Me crucé en su camino cuando se dirigía a la puerta del instituto con una leve sonrisa en los labios, su mirada se cruzó con la mía por lo que me lancé a saludarle, pero para mi sorpresa, me encontré con que tras analizarme de manera fría, giró su cabeza en dirección contraria y continuó caminando, para el momento en el que pude reaccionar ella ya se había marchado.

Había quedado como un estúpido, sin duda no sabía con quién estaba tratando, y como me encontrara de nuevo con ella se lo dejaría bien claro, nadie ridiculiza de esa forma a Billy Hargrove.

Pasó la mañana, mentiría si digera que no busqué a aquella chica por los pasillos entre clase y clase, sin resultado, hasta que finalmente nos encontramos por casualidad cuando ella volvía de la cafetería del instituto, cuando me vió a lo lejos de nuevo frunció el ceño y trato de evitarme, pero esta vez fui rápido y le agarré del brazo con fuerza, obligándole así a parar.

- Me gustaría saber por qué cojones estás tratando de ignorarme.- Pregunté fijando mi mirada en la suya, ella se zafó de mi agarre con brusquedad, pude ver como la forma rojiza de mi mano había quedado marcada en su pálida piel.

-Quizá es porque quiero que me dejes en paz, subnormal.- Respondió alzando un poco la voz, empujándome de forma leve en el pecho.

-Nadie se ríe así de mi y sale ileso, no sabes con quién te estás metiendo, preciosa.- Le agarré de las muñecas, alzando una de mis cejas cuando ella dejó escapar una sonora carcajada.

-Escucha, esto no funciona conmigo, no vas a asustarme, ni mucho menos impresionarme, no soy una mocosa, y tampoco tan ingenua como las chicas de pueblo con las que sueles tratar, estoy muy cansada de tratar con gente de tu calaña, incluso peores.- Me dio una patada en la espinilla lo suficientemente fuerte como para provocar que le soltara las muñecas, y tras echarse el pelo hacia atrás, comenzó a caminar de nuevo- Y por cierto, abróchate la camisa, puede que cojas frío- Dijo finalmente dándome la espalda con un tono burlón en su voz.

Aquella situación me puso furioso, mis mejillas se tiñeron de un color rojizo, apreté los puños con fuerza, pocos aquí se habían atrevido a desafiarme de aquella forma. Observé en silencio como se marchaba, la analicé de arriba a abajo, tenía un aire altivo y una gracia especial en el andar, pensé en todo lo que le habría hecho si su actitud hubiera sido buena, lo habríamos pasado bien, pero ahora solo quería destruirla, dejarle en ridículo y hacerle la vida en Hawkins lo más imposible que pudiera.

(Narra Abi)

Era mi primer día de clase en Hawkins y ya había tenido un encuentro fructuoso con un chaval, nos mudamos de la ciudad a este pueblo tan pequeño buscando tranquilidad, pero parece que ni eso podía ser tan fácil de conseguir para mí.

Tras terminar el horario de clases me hice paso entre la gente y me dirigí a mi coche, viéndome obligada a pasar justo en frente del "matón" del altercado anterior, de nuevo, apoyado en el capó de su coche con los brazos cruzados, no le tenía miedo, y quería que lo tuviera claro.

Fijé la mirada en él, con una sonrisa pícara en los labios, caminando despacio hasta finalmente darle la espalda, podía intuir como su odio hacia mi persona crecía a cada segundo que nuestros ojos se encontraban, y eso en parte me hacía sentir superior a él, demostraba que era tan simple como los demás.

Entré en mi coche, arranqué y puse rumbo a mi casa. Allí me encontré con mi padre, cocinando algo para comer en la cocina, hacía poco que él había llegado del trabajo.

-Abigail, ¿qué tal tu primer día?- Preguntó, con tono amable, sabía que se esforzaba porque nuestra relación creciera y yo confiara más en él.

-Oh, bien, bueno, normal, aún no me ha dado tiempo a descubrir mucho de este sitio, pero supongo que me adaptaré con el tiempo- Respondí agarrando un trozo de pan de la encimera y llevándomelo a la boca, no quería contarle lo que había ocurrido realmente.

-Escucha, sé que me prometiste que no más problemas, y que ibas a tratar de ser una persona nueva ahora que habíamos cambiado de aires, pero necesito decírtelo una vez más, no quiero verme obligado a cambiarte de centro de nuevo... -Dijo enun tono un poco más bajo, fijando la mirada en la sartén con los filetes de pollo que íbamos a comer.

-La Abigail de California es diferente a la de Hawkins, no volveré a meterme donde me metí allí Papá, te lo prometo, ¿crees que yo no me arrepentí de todo aquello? Las cosas se pusieron muy feas para mí también... -Suspiré pasándome una mano por el pelo, ayudándole a poner la mesa.

La conversación terminó ahí, pude ver como mi padre sonreía algo más aliviado, yo trataría de hacer todo lo posible por ser una alumna más, con buen comportamiento, pero con gente como el chico de aquel día, le iba a ser difícil controlarse.

*Durante toda la novela, habrá canciones que me gustaría que escucharais mientras leéis, para meteros más en la historia.

My cherry pie (Stranger Things, Billy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora