Obsesionado

Capítulo 6

Jacobo:

Las horas en el bosque pasaron rápido, ya con todo claro y los pensamientos bien ordenados me subo a mi motocicleta y me dirijo hacia la casa de Angelina, necesito explicarle el porque actúe así de agresivo, el porque golpeé a Cameron.

Tarde cuarenta minutos llegar a la mansión donde vive Angelina, estaciono la moto en mi parqueadero ya que vivo cerca de su casa.

Me paro en la puerta con la intención de tocar el timbre, pero lo dudo. Quiero darle una sorpresa así que entraré por la ventana. No es la primera vez que lo hago.

En las noches cuando no puedo dormir me trepo hasta su cuarto para ver la dormir, para relajar me y después descansar yo. La he visto muchas veces asomada en  la ventana mirando al cielo con los ojos tristes quisiera saber que le pasa y he intentado preguntarle pero es un perdida de tiempo.

Me subo al árbol de manzanas que está aun lado y cuando estoy cerca me tiro entrando de espaldas a  su habitación. Siempre deja la ventana abierta para que entre la luz de la luna, lo que es una ventaja para mi.

Me doy cuenta que no está, no ha llegado aún. Su habitación es acogedora mente lujosa, la mía es mas sencilla que la de ella.
Su cuarto podía ser la sala y la cocina de la casa donde vivía con Narcissa.

Me siento frente al tocador de la habitación, hay de cuanta cosa. Miles de labiales de todos los colores, polvos de caras, rímel, corrector, iluminador, rubores, sombras de hojas, brochas de todo tipo, y un sin fin de cosas más. ¿Para que las mujeres necesitan todo esto? Gracias al cielo y soy hombre y así no me tengo que echar toda esas cosas en mi cara.

Esperé sentado como quince minutos cuando alguien se acercaba a la puerta y la estaba abriendo, corrí hasta el baño. Ojalá no sea una empleada o su madre, aunque para ser sinceros la señora Pattinson no pasa aquí mucho menos su esposo.

Su baño es todo blanco, con muchos espejos, las puertas son de cristal, una tina grande de color champán, los estantes están repletos de perfumes, cremas para el cuerpo, shampoo tanto de cuerpo como de cabello y muchas cosas más.
–ya veo porque tiene la piel tan suave – dije tomando una crema con olor a  manzana. La puse de nuevo en su lugar y después de cinco minutos decid salir de mi escondite.

Abro la puerta lentamente, Angelina está revistas en su cama, un poco de luz entra por los ventanales.

Salí despacio cuando ella se levanta de golpe al verme, me quedé estático ante lo que estaba viendo.
Angelina solo traía ropa interior de encaje, es de color negro.

Parecía una diosa griega, sus gajos castaños y rubios adornaban su cabeza, sus perfectas curvas, sus grandes senos y su gran trasero me estaban saludando.

Dios me estoy volviendo loco con su imagen, pensé que iría a cubrirse pero viene para acá. Se para frente mío con las manos puestas como jarra, estaba roja de cólera y respiraba pesadamente.

–Puedo saber que haces en mi habitación–. Trato de sonar lo mas serena posible pero le salio mal.
Abrí la boca para decirle algo pero no salio sonido alguno, es como si sus hermosas y perfectas curvas me hubieran robado el habla. No podía dejar de mirarla.

–¿Porque me miras así? Pareciera que me estuvieras viendo desnuda– dijo finalmente, una sonrisa salio de mi boca, ella no se ha percatado de que está desnuda.

–Eres perfecta– fue lo único que logre pronunciar claramente, se veía desconcertada por lo que le estaba diciendo cuando se vio y se dio cuenta que si estaba desnuda.

Salió disparada hacia el armario, seguro se va a poner algo y no la culpo porque si seguía así no me iba a aguantar y solo Dios sabe lo que le habría hecho toda la tarde y la noche.