Capitulo 7

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Angelina:

En shock, así me encontraba no sabia como digerir todo lo que Jacobo me acabada de contar, no puedo creer que alguien tan fuerte y temible aparentemente pudiera sufrir todo lo que él ha pasado y tan solo siendo un niño.

Lo comprendo, comprendo ese sentimiento de culpa por la muerte de un pariente, comprendo esas ganas de arrancar todo lo que te a tormenta, de ser libre de esa carga.

Se había quedado dormido, se veía tan lindo, tan indefenso, sus hermosos labios, su perfecto cabello y esas hermosas pestañas, parecía un dios griego, si encontré las palabras perfecta para describirlo, mi dios griego.

Si voy a aceptarlo, he estado todos estos años enamorada de el, ¿que porque lo he tratado así? Por mi pasado, por como actuaba el y todas esas chicas con las que estaba, además del miedo de esperar que el no fuera lo que yo quería, tal vez le daría la oportunidad.
Pero no seria ahora no quiero que crea que lo hago por lastima y por lo que me contó, porque en verdad si lo amo.

Lentamente mis párpados empezaron a cerrarse, no quería dormirme pero fue inevitable.

......

Los rayos de solo entraban por las ventanas, no quería levantarme, quería seguir dormida y abrazada con Jacobo, esperen, Jacobo, anoche, su confesión, mis pensamientos, la carta y todo lo demás.

Abrí los ojos lentamente y ahí estaba el recostado con los ojos aun cerrado, se veía sereno y tranquilo, como si no cargara todo ese dolor. Pasé mi mano por sus hermosas y perfectas facciones, lentamente empezó a despertar, tenia los ojos un tanto hinchados por haber llorado la noche anterior.

Se levantó mirándome fijamente, sus ojos expresaban felicidad, amor, tranquilidad, pero sobre todo esperanza.

–Buenos días preciosa– me dijo con una voz un poco roca y adormilada.
–Buenos días amor, ¿como amanece?– su cara mostró sorpresa, felicidad.
–¿Me llamaste amor?– preguntó con algo de picardía.
–Entonces como quieres que te diga, ¿buenos días idiota?, ¿buenos días animal?, no soy tan mal, también se tratar bien a las personas cuando se lo ganan.
–Okey, okey, calma te. Solo se me hizo extraño que me llamarás así, aunque si lo recuerdo bien, ayer también me llamaste así, o ¿no?– sentí como mis mejillas empezaron a calentarse de inmediato.
–¿Porque mejor no te bañas?– trate de sonar segura y cambiar la conversación antes de que este dios griego me hiciera meter la pata mas de lo que ya lo había hecho.
–Si señorita, cambiame la conversación, pero como quieras. ¿Me prestas tu baño?– me dijo algo pícaro y entendí su referencia, pero no, no se iba a salir con la suya aunque pensándolo bien, verlo desnudo no estaría mas, pero que estas pensando Angelina controla te.
–En la habitación de al lado hay un baño, baña te ahí, iré a buscar algo de ropa para que te cambies– le dije levantando me de la cama para terminar con esta situación incomoda para mi al menos.
–Puedo saber ¿de donde vas a sacar ropa de hombre?– me preguntó
–Aveces los chicos con los que salgo dejan su ropa aquí, te prestare una de esas– se tensó de inmediato, se levantó rápidamente me tomo por el brazo y me miró directamente a los ojos.
–Te estas burlando de mi, nadie te puede tocar, tu eres solo mía, solo yo puedo tocarte y mas nadie– me dijo en un tono firme y seguro.
–La verdad es que a mi puede tocarme el que yo quiera– quería ver simplemente como reaccionaría y para mi buena suerte lo tomo como yo quería.
–No! A ti solamente te toco yo, solo yo puedo hacerlo ¿te quedó claro?– me respondió enfurecido.
–No! No me quedó claro, porque que yo sepa, tu y yo no somos nada, no te pertenezco– le dije segura de mis palabras, creo que esto se me salio de las manos, aunque en lo único que estaba pensando era en darle como a rata en balde, por Dios no es el momento de pensar todo esto.
–¿Que no me perteneces? Ya veras que si me perteneces– me dijo tomando me por las caderas, me levanto y me pegó a su cuerpo, estábamos tan cerca, sentía su respiración cerda de mi oído, mi respiración de un momento a otro se puso pesada, quería esto, lo necesitaba, llevaba mucho tiempo aguantando todo esto.
Sus pupilas estaban dilatadas, yo no era la única que estaba excitada.
–Ves, tu cuerpo me necesita, al igual que tú, aunque  lo niegues tu eres mía, así como siempre he sido tuyo– no dijo nada mas porque me besó, reclamó con desesperación mis labios, y le correspondi, le besé con la misma urgencia que el.
Sus labios eran tan suaves y dulces, era como probar algodón de azúcar pero mejor.

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⏰ Última actualización: Feb 16, 2018 ⏰

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