Capitulo 2

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La música a mi alrededor, los gritos por todos lados y la forma en que mi cuerpo se soltaba en el escenario, era un momento inmortal, mi cabello suelto y mi cuerpo deslumbrando en su máximo esplendor, con los reflectores apuntándome, era el único lugar donde me sentía cómoda y deseada, cerrando los ojos y levantando la mirada, dejando que los billetes cayeran dibujando mi silueta.

La noche era joven, la vida era corta y mi juventud eterna. No importaba lo que pasara, el hecho es que ya estaba ahí, y lo único que podía hacer, era aceptarlo.

Terminado mi turno, pasé tras camerinos, dejando descansar la planta de mis pies, estirando mi cuello con mis manos, mientras conseguía calmar mi respiración. -Es lo último que recuerdo-. Murmuré entre mis jadeos, cerrando mis ojos con la tenue luz rojiza de los techos.

Salí por la puerta del costado, antes de una segunda llamada para poder respirar
-Buenas noches-. Fue la primera vez que lo escuché, una voz grave y ronca, con una leve sonrisa del costado, su cabello agitado, sus pestañas caídas y sus ojos. Esos hermosos ojos. Profundos y potentes, oscuros cuál noche pero cálidos como un mismo sol.

-Véte de aquí niño, estoy en mi descanso-.
-¿Perdón?-.
-Cómo escuchaste, no te atenderé ni por el doble.
-Lamentó si te moleste, pero yo solo quería saber si te encontrabas bien..-. Sonrió después de decirlo, algo burlón es como yo lo diría.
-¿me dirás que no vienes por lo mismo que por los de ahí adentro?- cruce mis brazos como signo de desaprobación, viendo a la manija de la puerta, era probable que pronto me llamaran y aún no estaba lista para volver.
-Cómo dije anteriormente, lamento la confusión, la verdad es que no puedo quitar  la mirada de tus bonitos ojos, y si me lo permitieras quisiera pagarte por acompañarme..
-Lo sabía-. Interrumpí a lo que decía, molesta al punto de querer golpearlo en ese momento, no me sorprendía que aún alguien que se viera tan decente, buscaba algo más que solo sexo.
-Por un café.

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