IV: El plan

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Faltaba poco para que anocheciera. Ritsu abrió su cuaderno donde había hecho los dibujos y anotaciones sobre la Tierra. ¿Era eso lo que tanto escribía en clases?, pensó Shigeo.

- Creo que deberíamos olvidarnos de Halloween y quedarnos a estudiar -dijo con una voz un poco desanimada.

- ¡¿Qué?! -protestó Sho.

- Ya oyeron al profesor...

- Sí, tú también lo oíste. Tú seguramente lo harás bien en el examen, pero para Shigeo y para mí esta puede ser nuestra única oportunidad de conocer la Tierra.

- Sí -lo apoyó el tercero.

- ¡No...no digan eso! ¡Claro que aprobarán! ¡Por eso pienso que deberíamos quedarnos a estudiar!

Hubo un silencio en que Shigeo y Sho parecían mirarlo con lástima, demasiado conmovidos quizá para protestar, pero lo que pensaban se palpaba en el aire.

- ¡Voy a asegurarme de que ustedes dos pasen el examen, aunque tenga que hacerle tragar los libros! ¡Abre la boca! -gritó nervioso, empujándole un libro en la cara a Shigeo.

- Calma, calma...- rió Sho, sujetándolo para que se tranquilizara y dejara de hacer eso. - Pienso que que Shigeo y yo podríamos sentirnos más motivados si viéramos la Tierra. Dijiste que sería divertido, ¿recuerdas? Así que vayamos a divertirnos por esta noche y estudiaremos todo lo que quieras después.

- Sí, te prometo que estudiaremos -le juró Shigeo.

Ritsu trató de calmarse. Estaba preocupado por sus amigos. Sabía que aprobarían el examen; definitivamente aprobarían el examen. Se ocuparía de ello, no quería imaginar que fuera de otra manera. Pero si acaso lo peor pasaba, no podía negarles ese último deseo.

-Está bien... Está bien... -accedió. - Mmmm, creo que ya casi es hora de que anochezca. ¿Shige, podrías mostrarnos la Tierra?

Shigeo se sintió de repente más animado. Luego de que se aseguraron de que estaban solos y nadie los veía, Shigeo volvió a abrir las nubes, dejándoles ver la Tierra debajo. Seguía tan hermosa como siempre.

Ritsu abrió su cuaderno delante de él y esperó.

- Ya es hora -dijo. Les señaló una sombra oscura que comenzaba a comerse el mundo desde el Pacífico. -Esa sombra es la noche. Seguirá avanzando hacia el Oeste, atravesando todo el planeta. Si nos movemos junto con ella, podemos hacer que la noche de Halloween dure veinticuatro horas completas. En ese tiempo debemos encontrar al alma gemela Shige. ¿Shige, tienes alguna idea de dónde está?

El pequeño negó lentamente.

- Entonces habrá que buscar... -suspiró Ritsu.- Deberíamos empezar por el Este -señaló un archipiélago del Pacífico que ya estaba cubierto en sombras.

- Sí, sí, ya entendí. Hay que ir allá, ¿no? Dices muchas cosas complicadas, Ritsu -lo cortó Sho y sin más dio un salto audaz a través de hueco.

- ¡Sho!

Tenían que apresurarse si no querían separarse. Le tendió una mano a Shigeo.

- Si te da miedo podemos tomarnos las manos...

Ni si quiera lo dejó terminar, que Shigeo ya se había lanzado de un salto también. Se apuró a saltar detrás de ellos.

Las nubes le atravesaban la cara en su caída libre a medida que la Tierra se veía cada vez más grande. Mirando hacia atrás, Ritsu vio como el hueco que Shigeo había formado, lentamente volvía a cerrarse. Ni siquiera habían hablado sobre cómo iban a regresar... Supuso que Shige encontraría la forma.

Se detuvo justo al lado de Shigeo, que miraba algo en el suelo.

- ¡No me dolió! - anunció valerosamente Sho, levantándose de lo que debió ser un estrepitoso aterrizaje.

Todos se tomaron un momento para mirar a su alrededor. Eso era la Tierra. A pesar de estar oscuro, estaba lleno de color. Mucho más para ver que el infinito blanco de las nubes del mundo espiritual del que provenían.

- ¿En dónde estamos exactamente? - murmuró Ritsu moviendo la cabeza en redondo para apreciar el cielo lleno de estrellas debajo del que se encontraban.

- Disculpe, señor... -Sho trató de pedirle indicaciones a un viejecito que pasaba- ¿Podría decirme dónde...? Oiga, señor... ¡Señor! ¡No sea maleducado!

- Sho, Sho... no pueden vernos -lo detuvo Ritsu, poniendo una manito en su hombro.

- ¿Eh?

- Podemos hacer de esta una lección de estudios -propuso pacientemente Ritsu - ¿Sabes por qué no pueden vernos?

- ¿Porque están ciegos?

-...Porque no tenemos cuerpo... -adivinó Shigeo.

- Así es.

- ¿Tampoco pueden oírnos? -se preocupó.

- No, tampoco -respondió Ritsu.

Shigeo bajó su carita un poco apenado.

- ¿Shige?...

- Oh, está bien. Sólo vine a mirar -lo tranquilizó. La verdad es que le hubiera gustado poder conversar con su alma gemela. Había tantas cosas que quería preguntarle...

- Muy bien, recuerdan el plan, ¿cierto? -comenzó Ritsu. - Buscaremos al alma gemela de Shige y luego podemos ir por dulces para Sho. No sabemos más que su nombre, así que podría llevarnos tiempo... Lo importante es que sigamos moviéndonos hacia el Oeste mientras aún es de noche.

- Lo siento, pero tengo mis propios planes -dijo Sho, alzándose y comenzando a alejarse.

- ¡Dónde vas?

- Hay algo que quiero hacer. ¡Los veré luego! -los saludó con la mano y rápidamente voló de allí.

- ¡Espera!

- Yo también. No hay mucho tiempo, así que ya debo empezar -voló Shigeo.

- ¡Shige!

Ambos se habían ido antes de que pudiera reaccionar. ¿Qué iban a hacer sin él? Obviamente esos dos no estaban listos para la Tierra, pensó Ritsu. Fue muy imprudente alejarse de él. Ritsu sólo esperaba que no se metieran en problemas.

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