Cuando la mente ataca ღ Kyuwook ღ

Halloween de la familia Jirafa

Martes 31 de octubre, día en el que se celebra la tradición anglosajona que se había esparcido por todo el mundo. Las personas cada año que pasaba, se esforzaban mucho más en los disfraces de Halloween y buscaban divertirse al máximo ese día, ya sea que los pequeños pidieran dulces o los adultos se divirtieran en alguna fiesta nocturna. Pero no todos eran iguales, como Cho Kyuhyun quien se encontraba aquella tarde en la soledad de su habitación jugando arduamente starcraft. Llevaba en el mismo lugar desde que había dejado a su hermoso hijo de seis años en la escuela elemental, no sabía cuánto tiempo llevaba ahí pero seguramente muchas horas. 

Él y su marido Kim Ryeowook llevaban cuatro años con tres meses de dulce matrimonio. No todo había sido maravilloso, en especial cuando Ryeowook se enfadaba porque se transformaba en una bestia sedienta de sangre y venganza, así que Kyuhyun trataba de no hacerlo enfadar por nada del mundo. Después de su primer año de casados, ambos hablaron mucho sobre el tema de la adopción, ambos tenían mucha ilusión por ser padres así que, cuando la adopción se volvió igualitaria no dudaron en buscar información sobre el correcto proceso de adopción. Fue así como un pequeño niño de cara angelical llamado Henry, se unió a su pequeña familia, había llegado como un pequeño rayito de luz de apenas dos añitos. Su cabello castaño con toques dorados, la piel pálida y unos ojos tan enormes que era imposible no atraparte con ellos. El matrimonio lo amó desde el primer momento, aunque Ryeowook siempre lo consentía tanto, que algunas veces era inevitable para Kyuhyun sentir esa espinita de celos. Henry siempre decía que Ryeowook era su papi amoroso mientras que Kyuhyun, era el papá que le hacía bromas y lo vencía de manera sospechosa en los videojuegos. Ante todos eran una gran familia, siempre trataban de convivir al máximo por eso, salían los fines de semana y todas las noches cenaban juntos mientras hablaban de su día a día.

Ryeowook a sus treinta años, era un diseñador de ropa reconocido gracias a su socio, el rey de la moda Kim Heechul. Ambos hacían una mancuerna magnífica en cuanto a pasarelas se referían y las personas quedaban maravillados con sus propuestas cada temporada, su línea era de alta gama pero cubría todo tipo de necesidades. Desde una línea económica hasta prendas de las más caras en su entorno, ellos de verdad apuntaban alto, no sólo al reconocimiento de las personas. Por otro lado, Cho Kyuhyun era dueño de Construcciones Cho, una constructora reconocida por su hermosa estética en departamentos y casas. Así que como todo jefe, gozaba de la dicha de trabajar desde casa a menos que fuese requerido de manera urgente. El matrimonio Kim/Cho era una pareja exitosa ante la sociedad, así como unos padres amorosos y por esa razón, Kyuhyun estaba tranquilamente sin ser molestado en casa mientras jugaba.

Ryeowook había sido requerido en tono de urgencia haciendo que viajara hacia japón días antes de lo previsto, así que llevaba fuera del país cerca de una semana. Esa noche volvía el diseñador y eso hacía que su esposo se pusiera ansioso, no manejaba de buena manera el tiempo separado de su pareja porque lo hacía sentir inútil. Su hermoso castaño se encargaba de la mayoría de las tareas del hogar, así que antes de irse había cocinado lo suficiente para ese tiempo en el que estaría ausente y así no estar preocupado porque Kyuhyun pudiese incendiar la casa o intoxicar al pequeño Henry. Mientras esperaba la llegada de su pareja, el hombre había optado por concentrarse sólo en sus preciados videojuegos. 

Miró la pantalla en donde sobresalía su magnífica puntuación, las largas horas sentado frente al monitor presionando distintos comandos había dado un resultado magnífico para su historial, pero su concentración se interrumpió por unos golpes que resonaron en la puerta. Revisó el reloj con algo de miedo, pensó que talvez era Ryeowook que había llegado antes de lo previsto, pero el tocaba diferente y le llamaba enseguida sin esperar contestación.