Una mansión embrujada guarda el secreto de una historia ocurrida durante la Guerra de Secesión, una historia que continúa en el presente, un odio que no permite el descanso de dos almas unidas bajo una promesa de amor.
Derechos: muero de la risa. Nada más que ésta idea.
Advertencias: historia que viene a raíz de Halloween y en mi país, el Día de los Muertos. Inspirada en la Mansión Winchester, el cuento El taxidermista de Pisa, una historia que alguna vez vi o leí cuyo título no recuerdo, la película La Mansión y mis ganas de escribir de este género.
Gracias por leerme.
Dos puntas del mismo hilo.
Recorte de periódico del año 1900.
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Un aviso importante, en un canal de YouTube.
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Tony apagó todo, con un suspiro. Giró su rostro hacia la pared donde tenía marcado en su calendario la salida de la universidad con todos los cerebritos de otras instituciones. Se había negado rotundamente al principio, pero cuando vio en el canal del "Capitán" que éste también había sido invitado a la excursión, no pudo quedarse atrás. Era su rival en cuanto a videoblogs. El joven castaño se levantó de su silla y fue a su cama a donde se tumbó boca abajo abrazando una almohada mullida en donde enterró su rostro. El corazón le latía aprisa. El tour no era nada fascinante, ya todo lo había visitado con anterioridad. Solamente había una sola cosa que le atraía: la Mansión Stark. Como un explorador de casas urbanas abandonadas no entraba muy bien en su categoría, pero... había algo con esa mansión que se le terminó de convencer para ir al viaje. No lo sabía. Quizá se trataba de lo que le hacía falta en su vida, porque se sentía incompleto, no terminaba de encontrar la chispa de la que todos hablaban. Si todo salía bien, pensó Tony con un suspiro, sería otro al regresar.
