*Narra Mark Foster*
La situación era así: Kanndy y Ponsi eran novios, pero ya no estaba funcionando; Isom moría de gripe y yo también me moría, pero por ella. Ya con dieciocho años ésta chica había cambiado totalmente, cuando la conocí recuerdo que era tan tierna, las cosas han cambiado y mucho. Les contaré por qué.
Las cosas entre ella y Ponsi, se estaban poniendo difíciles. Discutían por cualquier cosa, se herían con palabras e incluso se dejaban de hablar por semanas enteras, claro está; la diferencia de edad en una relación, sí importa.
Hablaba con Kanndy más de lo normal y hablábamos con mucha confianza, más de la que deberíamos. Empezó preguntándome por Ponsi y terminó preguntando sobre mi día, realmente ella no tenía la culpa de nada, por el contrario, el único culpable fui yo... Creí que ella me estaba insinuando algo que jamás pasaría.
Para el cumpleaños de Rebecca, fuimos todos a un restaurante, muy lujoso. Todos estábamos disfrutando de la comida y ellos estaban separados, ella no le hablaba, ni el a ella, vaya novio!
Ella se levantó para ir al baño y por razones del destino yo también, no sé por qué en ese preciso instante a mí también me dieron ganas de usar el baño... En fin, cuando llegué estaba parada afuera del baño de mujeres, así que me acerqué y le hablé, me dijo que ya quería irse, pero su papá trabajaría hasta tarde y no había forma de irse a su casa, entonces como buen caballero ofrecí llevarla. Ella aceptó. Cuando volvimos a la mesa, Ponsi ya no estaba, me facilitó mi oportunidad.
De camino a su casa, no hablamos mucho. Ella olía tan rico, puedo describir cómo se veía esa noche, tan hermosa. Su vestido rojo le tallaba completamente, dejando ver sus suaves hombros y la piel de su escote, sus lindas piernas que puedo jurar nunca haber visto unas como esas y su rostro, lo más hermoso. Me conformé con sentir su presencia junto a la mía.
Ya cerca de su casa, me atreví a preguntar cómo se sentía por el comportamiento de Ponsi durante la cena ya que estuvo en su celular todo el tiempo (y qué tonto por preguntar eso), ella sólo me miró. Cuando llegamos, bajé rápidamente y le abrí la puerta, ella me sonrió y me agradeció por haberla ido a dejar.
-Y perdón por estar tan callada, no estoy de humor. --Me dijo seriamente.
-Te entiendo. ¿Estás bien?
-Sí, lo estoy. También me disculpo por no haberte contestado los mensajes, como antes...
-Sobre eso, quiero decirte algo. --Le dije un poco nervioso.
-¿Qué pasa Mark?
-Te he extrañado mucho.
-Lo sé... Yo también.
-¿Entonces? ¿Por qué no me hablas? ¿Qué pasa? Todo cambio desde aquel día, cuando...
-Sí, todo cambió. --Me dijo interrumpiendo.
-¿Y sabes algo?
-¿Qué cosa?
-Lo volveré a hacer.
La tomé en mis brazos y la besé profundamente. Ella correspondió a mi beso, cuando la besé me sentí tan vivo, más vivo que nunca.
