Quédate, te lo pido. Quédate, anda tan solo un momento. ¡Por favor, quédate! Esas fueron las últimas palabras que te dije, parece que no las escuchaste. Pedía a gritos que te quedaras, pero no fue así. Como le hacía para comprender que no eras para mí, dime como le hacía. No había forma de hacerlo. Creí ciegamente, confiaba en que lo nuestro tenía futuro. Pero no significó nada para ti. Te fuiste, sin importar ese inmenso amor. Cada momento que pasé junto a ti dejó tejidos dentro de mí. Todo lo que pasé contigo no creo que las vuelva a pasar con alguien más. De eso estoy seguro...