Día 2: Celos

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El hermoso abanico de encaje es retorcido cruelmente entre sus delicadas manos cubiertas por guantes de seda, una acción que no pasa desapercibida por la gente que se encuentra a su alrededor y les motiva a alejarse lentamente de la pelirroja, quien insiste que no se encuentra para nada enojada. Algo totalmente contradictorio con la fuerza que utiliza para estrujar su abanico y el discreto rechinar de sus dientes, aun cuando intenta mantener una falsa sonrisa.

La hermosa decoración del salón junto a la música que suena de fondo, le hace desear ir a la mesa que se encuentra al otro lado, únicamente para aceptar bailar un par de piezas con Rudy.

Pero tras soltar un suspiro y reacomodar unos cuantos mechones de su bien arreglado cabello, recuerda la razón por la cual se encuentra ahí, en aquella tranquila esquina del salón, donde la música es aún más baja y la iluminación no es tan deslumbrante. Es justamente ahí donde Ash le había pedido que lo esperara un momento mientras iba por unas bebidas. Ocultandola del mundo, alejandola de unos cuantos pretendientes —a quienes había podido vislumbrar buscándola—, prometiéndole que no tardaría mucho tiempo.

Si claro, como si eso pudiera ser posible.

No llevaba un reloj con ella, pero por las distintas melodías que había estado escuchando, fácilmente podía suponer cuánto tiempo es el que había transcurrido desde que su tonto amigo la habia dejado ahi, mínimamente ya estaba por llegar a las dos horas. Y ya se hubiera ido, de no ser por los constantes gritos de Ash que le pedían que lo esperara un poco más, porque si, resultaba que Ash Ketchum se encontraba asediado por varias mujeres en el centro de la pista, una curiosa multitud que no le permite avanzar ni retroceder y que además entorpece su camino.

—Ash Ketchum... Eres un idiota.

Piensa mientras hace sufrir una vez más a su abanico, pero en el fondo sabe que no puede culparlo. Han pasado ya diez años desde que cada uno decidió establecer una verdadera meta en sus vidas y lograrla, May —con quien había hablado momentos atrás—, había comenzado a ser parte del jurado en los concursos de coordinación pokémon, mientras que Dawn continuaba siguiendo los pasos de su madre como una coordinadora lo suficientemente famosa como para salir en revistas y programas de televisión. Ella por su parte, había continuado con su objetivo de ser maestra en pokémon de tipo agua, un objetivo que sus hermanas le facilitaron con la remodelación total que sufrió el gimnasio hace unos años atrás.

¿Y él? No lo sabía.

Y es ahí cuando finalmente deja de retorcer el abanico entre sus manos y su mirada cae directamente en los alborotados cabellos negros —lo único que se capaz de reconocer de Ash—, siente los celos por la facilidad en que aquellas chicas van y se le amontonan para ganar la atención del distraído maestro pokémon, pero —y muy por encima—, siente los celos y la envidia nacer poco a poco ante la vida que Ash lleva. Una vida que a ella le gustaría vivir aunque fuera una vez más... Un segundo más..

— ¡Mist!

Aquel grito la saca repentinamente de su estupor, alcanzando a vislumbrar al —ya adulto—, de cabellos negros frente a su persona.

— ¿Porque no fuiste a ayudarme? —escucha a Ash quejarse, en aquel tono infantil que le hace preguntarse si aún siguen siendo niños o no.

—Oh lo siento, creí que habías dicho que no querías que me moviera. —responde con falsa inocencia ante la malhumorada mirada que su amigo le dirige, aprovechando el momento para tomar la bebida que le debía corresponder.

—No me refería a eso —contestó el de cabellos negros, finalmente respirando con normalidad y tomando lugar a un lado de ella—. Parecías algo distraída cuando me encontraba atorado, ¿pensabas en algo en especial?

No contesta de inmediato, se toma su tiempo mientras bebe un poco del vaso de vidrio —que de alguna manera llegó a salvo a sus manos—, mirando discretamente a su alrededor y notando las miradas que recibía de la gente a su alrededor y por un breve momento recuerda sus pensamientos anteriores. Lo que la hace sonreír levemente.

¿Será envidia o celos?

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