Pokeshipping week 2017

Día 3: Si Misty hubiera elegido quedarse con Rudy

—Vamos Ash, animate.

Cada vez se van alejando más de Trovita Island, montados en Lapras como normalmente suele ser, aunque en esta ocasión faltan dos pasajeros.

—No puedo creer que lo haya elegido a él —se queja, enfurruñado en el pequeño espacio donde va sentado mientras su mirada se mantiene fija en el constante oleaje que crea Lapras con su avanzar—. Después de todo lo que hemos pasado, va y elige quedarse con él.

—Si bueno, ella está en su derecho de elegir —intenta tranquilizar Tracey a un obviamente dolido Ash—. Fue su decisión, no podemos hacer nada al respecto.

El silencio entre ellos nace una vez más, hasta que finalmente se digna a alzar la mirada para observar por última vez aquel lugar donde su mejor amiga había decidido quedarse en lugar de continuar viajando con ellos. Aprieta los puños antes de hacer una mueca de disgusto, es infantil y egoísta —lo sabe—, pero no está de acuerdo con la decisión que ella a tomado, no lo está y probablemente jamás lo está, ella es su mejor amiga, quien más lo ha apoyado —aparte de su madre y el profesor—, y la persona con la que le encanta discutir, aquella a la que le fascina hacer rabiar por la simple necesidad de verla enojada.

— ¡Ash!

— ¡Pika!

No sabe que es aquél sentimiento —o al menos no es capaz de identificarlo por completo—, pero es lo suficientemente fuerte como para hacerlo saltar de la espalda de Lapras, golpeándose duramente contra el agua, algo que no le importa pues inmediatamente empieza a nadar de regreso a la isla. Para llevar a cabo tal acción la ropa le estorba al igual que los tenis, pero es algo que parece no tener importancia mientras continúa intentando nadar, ignorando por completo que simplemente pudo haberle dicho a Lapras que diera la vuelta.

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Es cuando finalmente llega a tierra firme que se da cuenta de la estupidez que fue llevar a cabo tal acción. Estando boca arriba, intentando respirar mientras siente cómo poco a poco le van doliendo los brazos y las piernas debido al esfuerzo recién realizado.

A su lado se encuentran Tracey y Pikachu que no saben si acercarse o darle unos minutos a solas, mientras Lapras observa con preocupación la escena, esperando alguna señal que le indicará que todo se encontraba bien.

—Eso no fue una buena idea. —admite en un tono derrotado y cerrando los ojos, no esperando una verdadera respuesta.

—En verdad no lo fue.

La voz femenina que no esperaba escuchar le hace abrir los ojos rápidamente. Misty se encuentra ahí, con Togepi entre sus brazos y la mochila en su espalda, observándolo con una mirada llena de desaprobación y una mano en la cintura.

— ¿En qué estabas pensando cuando decidiste nadar tal distancia con tanta ropa encima? —le cuestionó la maestra de pokémon de agua, mirándolo tan fijamente que parecía como si pudiera ver a través de él.

— ¿Porque traes tu mochila? —es lo primero que se le viene a la mente, sin la mala intención de cambiar de tema—. Creí que habías decidido quedarte.

Un pequeño silencio se instala entre ellos dos, a la paciente espera de que alguien responda. Mientras el atardecer continúa dando paso a la noche.

—Bueno, resulta… —empieza ella, desviando la mirada y pasando a abrazar a Togepi con ambos brazos—. Que me di cuenta de que realmente no me quiero quedar aquí, Rudy podrá ser muy lindo y atento pero… Mi lugar no es en esta isla y tampoco junto a él.

Y aquello de alguna forma le hace sentir mejor, más ligero, como si aquella revelación fuera razón más que suficiente como para llevar a cabo una celebración de varios días.

— ¿Y tu? —pregunta enojada, en un tono que lo regresa a la realidad y le hace tener una leve sensación de muerte—. ¿Porque razón te lanzaste así al mar?

—No quería separarme de mi mejor amiga.

Suelta sin pensarlo un minuto, son las primeras palabras que viene a su mente y siente que es lo que debe decir.

Porque aún es demasiado joven como para decir algo más o saber qué es lo que siente en verdad.

—Yo tampoco quería separarme de ti.

Y por el momento, aquella respuesta es más que suficiente para sus inexpertos sentimientos.